UN LEÓN EN EL VATICANO

 



El pasado 8 de mayo salía la esperada fumata blanca que anunciaba que había nuevo Papa. La Plaza de San Pedro estalló en un ruidoso aplauso, la expectación era máxima, hasta que en la logia salió en nuevo pontífice, para mí era desconocido, la verdad. Personalmente tenía otros candidatos, en especial el arzobispo de Rabat, Cristóbal López. Su nombre era Robert Francis Prevost Martínez, no era uno de los principales candidatos, pero como escribí en otro artículo, normalmente el que entra PAPA en un cónclave sale Cardenal.

Eligió como nombre León, que hace el numero XIV de Papas que han utilizado ese nombre.

Un estadounidense, también con la nacionalidad peruana ha pasado más de treinta años como misionero en ese país, pertenece a la Orden de los Agustinos Recoletos (O.S.A.).

La sombra de Francisco es y será muy alargada, ha sido un papa que ha dejado una huella muy profunda y que algunos de los cambios que ha iniciado en la Iglesia no tienen vuelta atrás.

Las comparaciones no se hicieron esperar y comenzaron desde el momento que se le vio en la logia, diferencia de atuendos, que si Francisco iba así y León XIV iba asá.

El cardenal navarro  Francisco Javier Bustillo, un hombre ponderado, en una entrevista que le hicieron después de ser elegido el nuevo Papa, dijo con acierto que las personas no éramos fotocopias y no hay ninguna igual a otra, una verdad como la catedral de Ajaccio de donde es Arzobispo Bustillo.

Muy probablemente León XIV seguirá el camino trazado por Francisco , pero con una impronta propia.

El nuevo Papa  tiene plena libertad para caminar en su  pontificado por las sendas que estime oportuno y que favorezcan a la Iglesia.

León XIV es un hombre de paz, palabra que repitió varias veces en el primer discurso que dio al ser elegido, un hombre de diálogo, un pontífice que quiere un Iglesia donde nadie sea rechazado y donde quepan todos.

Daremos tiempo al tiempo para juzgar los pasos que va dando, pero el comienzo es esperanzador.

No es el Papa Francisco, eso está claro, él es León XIV, por cierto el mejor amigo de San Francisco de Asísnombre que eligió para su papado Bergoglio- se llamaba León.

De momento hay un León en el Vaticano que está empezando a dar sus primeros pasos en una responsabilidad de enorme calado, dejemos que vaya haciendo camino. Y no comparemos pues, como se dice, las comparaciones son odiosas y en este caso no vienen mucho a cuento, pues cada uno tiene su estilo y manera de afrontar las cosas y las situaciones.

 

Alberto López Escuer

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