SECRETOS DE ESTADO





Esta película nos plantea una reflexión no exenta de polémica, ¿Cualquier cosa le vale a un país para declarar la guerra a otro? ¿Incluso mentir a sus ciudadanos? ¿Qué es el patriotismo? ¿Tiene que convivir con la mentira?
La búsqueda de las armas químicas en Irak y las maniobras de Estados Unidos y Gran Bretaña para encontrar donde no hay y justificar la guerra.
La traductora del GCHQ (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno Británico) Katharine Gun (Keira Knightley) filtra un e-mail clasificado que urge a espiar a miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para forzar una resolución para ir a la guerra. Acusada de romper el Acta de Secretos, sacar los trapos sucios de los miembros de dicho Consejo para forzar una votación que les favorezca y puedan entrar en Guerra con Sadam Hussein, la traductora pone en peligro toda su vida que hasta ese momento era apacible y de lo más normal. Una historia que se basa en hecho reales, eso hace que la mires con otros ojos y con cierto miedo por el tema del que  se trata.
Keira Knightley siempre resuelve con solvencia sus interpretaciones y en este caso lo hace de una forma creíble transmitiendo esa angustia, dudas y calvario que pasa su personaje, que con gran responsabilidad decide dar un paso adelante en lo que considera una actuación torticera de su gobierno, asumiendo las consecuencias que la filtración de ese email secreto pueda tener. Una película realista que sin grandes estridencias -no le hacen falta- nos hace pensar cómo son  capaces de actuar  algunos gobiernos con tal de salirse con la suya.

Alberto López Escuer

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