VIERNES, 13 DE MARZO 2020
Esta fecha marca un antes y un después en nuestras vidas. No podíamos imaginar, que nada sería lo
mismo. Ese viernes 13 de marzo el gobierno declaró el Estado de Alarma
Sanitaria, nunca antes se había decretado una situación así. El responsable de todo ello un virus bautizado
como COVID-19, antes desconocido, vino de China, haciendo estragos en Europa,
llegando a nuestro país de una manera imparable, miles de contagiados y muertos nos llevó a
confinarnos en nuestras casas para intentar parar la pandemia.
Los sanitarios trabajaron hasta el límite de sus
fuerzas, héroes con bata-
aunque ellos no quieren serlo, lo fueron-.
Vivimos momentos difíciles, muy difíciles, todos conocíamos a alguien que tenía ese virus o que había fallecido. Un virus cruel donde los que fallecían en el hospital solo podían ver el rostro de un sanitario antes de fallecer,
los familiares no podían asistirles por precaución.
Meses donde las calles quedaron vacías, los balcones y ventanas fueron un lugar de privilegio para ver la vida pasar, en ellos se
cantó, se lloró, se celebraron cumpleaños...se aplaudió a nuestros sanitarios.
Mientras tanto nuestros políticos, concretamente la oposición, quiero ser justo, poniendo palos en las ruedas a
cada decisión que el
Gobierno tomaba, seguro que hubo equivocaciones por su parte, pero ninguno había vivido una situación como la que vivimos desde ese mes de marzo.
Tras más de dos meses largos de confinamiento llegó la llamada desescalada,
pudimos salir a la calle, volver a pasear.
La nueva normalidad, como así se llama a
esta nueva etapa, nos ha dejado como herencia de los meses pasados, la
distancia social, las mascarillas permanentemente puestas cuando estamos en la
calle. Los abrazos a distancia y los besos de lejos.
Algunos han hecho caso omiso a las indicaciones que
nos han marcado las autoridades sanitarias, el grado de tontería de ciertos seres humanos es infinito. Estos
personajes han puesto en peligro a muchas personas, organizando botellones
multitudinarios, fiestas en casas saltándose el límite permitido y otro tipo de barbaridades.
Se volvieron a abrir los teatros y cines con límites
de espectadores, los partidos de fútbol se han jugado a puerta cerrada, los
bares también han tenido límites de aforo... Mucho hemos cambiado, tanto a nivel
personal como colectivo, muchas personas a mejor, otras a peor, seguirán siendo
egoístas, egocéntricos e irresponsables parece que la pandemia no
va con ellos.
Ha habido un antes y un después tras ese 13 de marzo del 2020.
Alberto López Escuer
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