Nuria Benet es pura energía, realista y
con un amor infinito a su profesión de actriz. La pandemia le ha
hecho transitar otros caminos de las artes escénicas. Una entrevista
donde Nuria transmite su vitalidad con una gran claridad de ideas
1. ¿Cuándo tuviste claro
que te podías dedicar profesionalmente a las artes escénicas?
Desde muy pequeña me debatía entre
dedicarme a la música o al teatro. Iba al instituto y al Conservatorio y en
casa la música era considerada igual de importante que las matemáticas y la
lengua. “Cuando tengáis 18 años hacéis lo que queráis” nos decían nuestros
padres cuando nos quejábamos. Cuando cumplí los 18, ya habiendo sentido las
mordidas del gusano del teatro, me dije: “Si paso las pruebas de la RESAD a la
primera me dedico al teatro, si no, al piano.” Y, bueno, ¡el resto es
historia…!
2. ¿Defínete como persona?
Huy, ¡qué difícil! Esta pregunta me
provoca urticaria, ¡jajaja! También me pasa con la expresión, “Sé tú misma”
¿Cuál de ellas? ¡jajajaja! Pero si tuviera un cuchillo al cuello contestaría
con tres palabras: perseverante, comprometida y sincera.
3. ¿Como estás viviendo la llamada nueva
normalidad?
Poniéndole mucha imaginación y voluntad de
reinvención. A nivel individual no me puedo quejar porque he seguido
trabajando. Pero me hierve la sangre ser testigo de cómo la mayoría de las
actividades culturales se han paralizado, obstaculizado y, hasta cierto punto,
ignorado. También me duele mucho no poder ver a mi familia que vive en una
ciudad diferente a la mía y siento miedo y preocupación por ellos. Lo de las
restricciones de movilidad, la mascarilla y otras medidas anti covid las llevo
bien, creo que son necesarias y que si todos las respetáramos el virus estaría
más controlado.
4. ¿Cómo te ha afectado profesionalmente este
parón debido a la pandemia? ¿Y personalmente?
Cuando se declaró el
Estado de Alarma estábamos acabando temporada en el Teatro Calderón de Madrid
con “Adiós Arturo”, el nuevo espectáculo de La Cubana. El confinamiento y
posterior pandemia ha truncado una segunda mini temporada de esta producción en
Zaragoza y la temporada de Barcelona. Es decir, de tener un par de años más de
trabajo a la vista, pasé a no tener nada, como tantos otros profesionales del
sector. Sin embargo, el confinamiento me sirvió para volver a conectar con
otras partes creativas de mí que llevaban tiempo adormiladas, pues la
continuidad del trabajo como actriz no me ha permitido emprender otras
empresas. Y así, desde cero, creé Cabezas Parlantes: un proyecto de teatro
filmado que, tomando como partida un concurso de monólogos cortos, apoya la
dramaturgia contemporánea y da voz a esas historias que se susurran al margen.
5. En tu opinión ¿Se cuida a la cultura en
nuestro país?
Por desgracia, no. Durante la pandemia
hemos podido observar como otros países de Europa ofrecían generosas ayudas al
sector cultural mientras que aquí el foco se ha puesto en la hostelería y el
turismo. No dudo que ese sector sea muy importante para nuestra economía pero
en mi opinión las actividades culturales son vitales para el desarrollo humano
de una sociedad, además de que es una industria en sí misma. Por otro lado,
durante lo más oscuro del confinamiento fueron precisamente las manifestaciones
artístico/culturales, series, libros, música y museos online, contribuyeron
a que el encerramiento fuera más llevadero. Los futbolistas tienen un protocolo
para los partidos en los que se les hacen tests para
asegurarse de que no se van a contagiar los unos a los otros, ¿por qué no
instauran algo así en teatro? Ya… poderoso caballero don dinero.
6. ¿De los personajes que
has interpretado cuál o cuáles te han marcado más?
Recuerdo todos los personajes que he
interpretado con cariño; todas forman parte de mí y todas me conforman; de
todas he aprendido y he extraído algo. Si tuviera que escoger (con el mismo
cuchillo en el cuello de antes, claro está!) me quedaría con dos. Conchín, la
vendedora de colchones, amante de las volteretas,que me regaló José Ramón
Fernández con “La Ventana de Chygrinskiy”. Era una comedia con tintes surreales
producida por Teatro del Zurdo y dirigida por Luis Bermejo, por la que gané el
Arcipreste de Hita a la Mejor Actriz, mi primer premiointerpretativo. La
segunda personaja con la que me quedaría sería Rosita, la niña
del perrito de “Cómeme el Coco Negro”, que interpreté primero en inglés en el
Festival Internacional de Edimburgo en “NutsCoconuts” y luego en la reposición
que La Cubana hizo para celebrar sus 25 años. Ese momento en el que el
escenario quedaba vacío y aparecía ella con su perrito a hablar con el público
era, es y será inolvidable para mí.
7. ¿En qué proyecto estas trabajando ahora?
Pues estoy en varios “fregaos”. Por un lado, sigo con la producción de Cabezas Parlantes, preparando la versión en inglés del concurso y la segunda edición en castellano. Por otro lado, soy una de las actrices y la coordinadora del equipo español de un interesantísimo y necesario proyecto internacional sobre violencia doméstica durante el confinamiento, titulado “Lockedown Locked In”, dirigido por la turca Baris Celiloglu y producido por Theatre East ‘N Bull.
8. ¿Qué sería la humanidad
sin las artes escénicas?
No sería humanidad, sería otra cosa!Las
artes escénicas son parte inherente de nuestra condición humana. La música,
danza y teatro han existido desde la prehistoria, como manifestaciones
religiosas, o rituales mágicos, o meras expresiones ontológicas. La necesidad
de expresar, transmitir, compartir la experiencia vivida en un evento
comunitario es parte de lo que nos hace humanos. A medida que la sociedad se va
digitalizando más y todo se va haciendo telemáticamente, el teatro, la danza y
la música se convierten en actividades absolutamente necesarias para sentirnos
a uno con el otro. Creo que aunque no nos apoyen, aunque intenten acabar con
nosotros mirando para otro lado, seguiremos creando.
9. ¿Qué te hace perder la
sonrisa?
El sufrimiento de otros, la desigualdad y la hipocresía.
10. ¿Con que sueñas Nuria?
Con que el teatro ocupe el lugar
predominante que se merece en nuestra sociedad; que se convierte en una
actividad de ocio tan popular como el cine o el fútbol; que deje de verse como
un arte muerto elitista y cree nuevos públicos.
Con que todos y todas aprendamos a
respetarnos mejor, sin envidias ni falsedades, y respetemos el lugar en el que
vivimos: la Tierra no nos pertenece y no hay plan(eta) B.
Entrevista: Alberto López Escuer
Fotografía: Moisés Fernández
Acosta
Facebook: Nuria Benet
Instagram: @nuribena
Youtube: Nuria Benet
Twitter:@nuriabenet
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