QUEDÉMONOS CON LO POSITIVO
En muchas ocasiones nos
empeñamos en ver el vaso medio vacío, ver más lo negativo que lo positivo. Es
una historia que repetimos con demasiada frecuencia para desgracia nuestra, que
nos hace gastar energías en lo que no deberíamos.
En el día de nuestro
cumpleaños caemos más en la cuenta de los que no nos han felicitado que en los
que sí. Aunque estemos rodeados de personas que han venido a celebrar con
nosotros, nuestra efemérides.
Cuando caemos enfermos,
nos fijamos en los que no nos han visitado. Solemos decírselo al que está más
cerca de nosotros, sin darnos cuenta de la falta de delicadeza que tenemos.
Se podrían contar
innumerables las ocasiones en las que nos fijamos más en lo negativo que en lo
positivo. Puede ser que no nos demos cuenta, hasta que alguien nos lo dice.
Parece que nos gusta
sufrir, más que estar alegres y agradecidos.
Somos desagradecidos
con los que nos dedican su tiempo, recordando a los que pasan de ello. Cada
cual sabe dónde invertir su tiempo, pero el que nos lo dedica nos da lo más
valioso que tiene.
Nos convertimos, como
decía
mi madre, en unos romanceros, quejándonos de lo que nos falta y no valorando
lo que tenemos, es egoísmo, la verdad.
Tendríamos que hacer el
esfuerzo de cambiar la mirada hacia lo que nos rodea, que es mucho y bueno,
pero no lo sabemos apreciar.
Nos quejamos de los que
no se acuerdan de nosotros en fechas o acontecimientos especiales, diciéndoselo a los que están
a nuestro lado. Un hecho injusto de poco tacto, que nos convierte, en mi opinión,
en personas desagradecidas. Dejándonos llevar por el negativismo y dando pábulo
a sentimientos que no nos hacen ningún bien.
Aprendamos a vivir
desde lo positivo, siendo agradecidos de cada momento que nos regala la vida,
de las personas que nos quieren. No gastando fuerzas innecesarias en lo que no
merece nuestra atención.
Alberto
López
Escuer
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