NAVIDAD, UN NIÑO QUE NOS CAMBIÓ LA VIDA
Navidad,
Dios se hizo hombre y habitó
entre nosotros, un acontecimiento
que ha cambiado la vida de muchas personas.
La
primera Navidad fue casi en silencio. No había luces de grandes almacenes que nos bombardeaban
con sus promociones, no se gastaba más de la cuenta para demostrar que somos
muy felices- a lo mejor unos lo son y otros no-. No se tenía que ser bueno
porque es Navidad, aunque luego durante el resto del año dejemos que desear
como personas.
En
la primera Navidad nació,
en un humilde establo, un niño que le llamaron Jesús y que
desde ese momento ya nada fue lo mismo. Era el hijo de Dios hecho hombre, Él es
el amor que nos tiene Dios a la humanidad.
Fue
para muchos una noche más;
no así para
los que estaban en ese pequeño establo, ni para los pastores que fueron
informados del nacimiento de ese niño tan especial. Su realeza
no fue la de grandes palacios, ni coronas; predicó con
el tiempo el Reino de Dios, un reino que se cimentaba en el amor, cosa que
molesto a mas de uno y que le costó que fuera juzgado y crucificado.
Navidad
debería
hacernos mirar a aquella noche en Belén donde nació Jesús. Seguro que
José y María
lo recibieron con alegría,
esa alegría
que luego transmitieron a quienes fueron a visitarlo a ese lugar tan humilde.
Celebrar
la Navidad no solo debería
ceñirse a las fechas señaladas, parece que toca ser bueno solo los días señalados
de diciembre y enero. Después todos volvemos a nuestra vida cotidiana y se nos
olvida mirar
a nuestro prójimo con los ojos del amor y la fraternidad.
El
hijo de Dios se hizo hombre, un misterio incompresible para el ser humano, para
Dios nada es imposible.
Un
niño que cambió la vida de muchas personas, que desde ese momento quisieron ser
signos y portadores del amor de Dios a su prójimo.
Vivamos
la Navidad acogiendo a ese niño,
que nació en Belén,
en nuestro corazón. Si
vivimos nuestra vida en clave de amor, como lo hizo Jesús de Nazaret, el mundo
cambiará.
Alberto López Escuer
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