EL TURRÓN DE LOS ENAMORADOS
Hay gestos que te
reconcilian con la vida, que te hacen mirarla con optimismo y tener la certeza
de que no todo está perdido. Esta es una historia real, que consigue hacer
esbozar una sonrisa al que la escucha.
Gestos llenos de esperanza,
como el que Sara y Arturo – los verdadero nombres de nuestros protagonistas los
mantendré en el anonimato-, para celebrar el aniversario del día que se
enamoraron comían turrón. La fecha era a finales de noviembre, concretamente el
29 de ese mes. Cada año repetían el mismo ritual, su amor perduró durante
muchos años. Se casaron y tuvieron hijos, siempre celebraron el día que surgió
el amor entre ellos comiendo turrón y siguieron con esa preciosa tradición cada
mes de noviembre.
Hasta cuando la enfermedad se
hizo presente en Sara- y tenía dificultades para poder comer turrón. Se las
ingeniaron para seguir comiéndolo juntos, Arturo murió hace un tiempo, era muy
querido en el lugar donde vivía. Ahora la celebración del día que se enamoró de
Sara lo seguirá haciendo desde el cielo.
Una celebración, la de Sara
y Arturo, que cuando me la contaron me esponjó el corazón y me acarició el
alma. Cuánto amor profundo hay en esa efeméride celebrada con turrón. Un amor
que se cimentó entre ambos y que perduró hasta que la muerte les separó. Hoy
sus hijos recuerdan ese gesto con mucho cariño, es lógico, es todo un ejemplo
de amor verdadero y tener unos padres así son todo un referente, para ellos.
Es tan bonito que a quienes
lo presenciaron cada año les ha dejado una huella tan profunda que ni el viento
ni la lluvia la podrá borrar de sus corazones.
Como dijo el poeta “eso es
amor, quien lo probó lo sabe” un amor festejado con turrón.
Alberto López Escuer
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