LOS HUMILDES TAMBIÉN MERECEN UNA RESPUESTA

 



 

Intentar fomentar la cultura en este país no es tarea fácil. Pero se hace más difícil si desde donde lo haces es un lugar humilde. Intentar traer a un escritor, periodista, actor, actriz cuesta, aunque he de decir que en la experiencia que tengo pesa más lo positivo que lo negativo. Hay actores, actrices, escritores, periodistas que enseguida han dicho que sí a la propuesta de dar testimonio de su vocación-profesión a jóvenes entusiastas por la cultura, y se han volcado. Han visto de cerca la admiración y el aprecio que se les tiene a ellos y a lo que representan. Muchos nombres me vienen a la mente, pero no citaré a ninguno, pues temo olvidarme a alguien y no sería justo.

Una invitación es para rechazarla o aceptarla, eso lo tengo claro desde el principio.

Cuando te pones en contacto con alguien lo lógico es que te responda ya sea positiva o negativamente. Mi indignación proviene de algunos de estos personajes que dan la callada por respuesta, a través de sus representantes o ellos mismos en persona.  Comprendo que pueden tener muchas solicitudes, pero con un no bastaría. Me gustaría saber si obvian dar respuesta a una gran feria del libro, o un festival importante, o a una persona que ellos consideren relevante. Me da a mí que seguro que algo les responderían.

Lo curioso es que oyes a los personajes en cuestión, y son muy seguidores de la cultura en los lugares humildes, que quieren mucho a sus oyentes o espectadores, que no se olvidan de sus orígenes etc… ¿Será postureo? No sé, ellos sabrán.

Personalmente he sufrido decepciones. Pronto se me pasan, pues creo que no vale la pena gastar energías con personas que no responden a un mensaje educado. Tengo ilusión a raudales y cuando me pasa algo como lo que narro, lo aparto y sigo buscando -no me desgasto ni un segundo en lamentos baldíos-. Todo ello para dar lo mejor a un grupo de personas que merecen todo mi esfuerzo y ganas por acercarles la cultura de la mejor manera posible. Intento que puedan tener contacto personal con grandes de la cultura de nuestro país. Esto lo hago de forma voluntaria, de lo cual estoy muy contento.

Los humildes también merecemos una respuesta, pues somos oyentes, lectores, espectadores de lo que ellos hacen, pero por desgracia parece que se les olvida. Con un no, nos conformamos, su tiempo no es más importante que el nuestro. Merecemos un respeto.

 

Alberto López Escuer

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