Este año se celebra el
Mundial de Fútbol en Qatar. A estas alturas serán muy pocas personas las que no
lo sepan.
Este país árabe atenta
contra los derechos humanos un día sí y otro también. Las mujeres en ese país
ven conculcadas sus libertades de una manera sonrojante.
Pero todo esto parece darle
igual a la FIFA. Lo importante es el dinero en forma de beneficios que se
obtendrán.
A uno le entra la risa
cuando una de las selecciones clasificadas, como protesta, no va a poner su
escudo en sus camisetas. Los capitanes de algunas selecciones lucirán un
brazalete con la bandera LGTB. Me entra la risa porque es un querer y no poder.
Si realmente les importara, como tratan de demostrar, no acudirían a ese país a
disputar los partidos. Pero eso ni lo contemplan, tratan de acallar sus
conciencias con esos gestos.
El mundo del fútbol no ha
acertado llevando esa competición a un país como Qatar. Aunque a la hipocresía
del fútbol, en nuestro país, ya deberíamos estar acostumbrados. La Supercopa de
España lleva disputándose los últimos años ¡Oh sorpresa!, en Qatar. Todo
gracias a los teje manejes de Pique y Rubiales el presidente de la Federación
Española de Fútbol. Tratan incluso de convencernos que llevar esa competición a
Qatar es poco menos que una labor social. Y lo dicen sin ponerse colorados.
El dinero parece ser que está
por encima de todo. Qué más da que en un país no se respeten los derechos
humanos, o que los obreros que han construido
los los estadios, hayan trabajado sin
respetarles sus derecho laborales, sin contar los que han perdido la vida en
ellos , si algunos pueden sacar tajada
de ello, poco parece importarles .
El mundo del fútbol tiene
virtudes, de eso no hay dudas, pero en este caso ha demostrado vendarse los
ojos con la venda de la hipocresía. Ojos que no ven corazón que no siente.
Nuestro propio seleccionador lo dejo claro en la rueda de prensa en la que dio
a lista de jugadores que disputaría este nefasto mundial.
“No arreglo, no soy
político, no tengo capacidad de decisión. Decidido mi lista o la lista que
considero debe representar a nuestro país y me centro en el fútbol. Ojalá la
calidad de vida de todas las personas pueda ser mejorable en el mundo, pero ese
no es mi trabajo”
Luis Enrique o la versión moderna de Poncio
Pilato.
Alberto López Escuer
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