Esas personas que no
mueven ni un dedo por ayudar a los que antes llamaban amigos. Cuando estos lo
pasan mal desaparecen, ni preguntan cómo están, ni les interesa. Solo
se apuntan a caballo ganador. Son, en mi opinión, personas cretinas, egoístas e impresentables-.
Son como las ratas que abandonan las primeras el barco cuando se hunde.
También están esos colectivos o asociaciones que dicen que son como una familia, o
que se consideran hermanos unos con los otros. Todo eso se rompe cuando a uno
de los miembros de la misma no le vienen bien dadas. En ese momento ni son
familia, ni hermanos. Tal vez lo consideran un primo muy lejano al que no
pueden ni ver. Lo tratan como un apestado. Ninguno se interesa por él o ella, ni una pregunta ni un amago de ponerse en contacto con el que
sufre y eso que en su ideario tienen eso de preocuparse por aquellos que están alejados, que lo pasan
mal, que viven situaciones de soledad. Pero claro, será que el papel lo aguanta todo, y ” del dicho al hecho va un
trecho”.
Si tienes que repetir
mucho que eres como una familia… “dime
de qué presumes y te diré de qué careces”. En la práctica, y por lo
que se demuestra, no lo son tanto y todo se trata de un postureo tan de moda
ahora.
Algunos se
interesan a través de terceros y juran y perjuran que lo llamarán. Evidentemente ni lo llaman, ni intención tienen de hacerlo. Son
los “queda bien” de toda la vida. Los que
tienen que vivir de una imagen que ni ellos mismos se creen.
Estos personajes,
colectivos, asociaciones, grupos…Que los hay ¡Vaya que si
los hay! Tienen mi total indiferencia y mi más absoluto rechazo.
Alberto López Escuer
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