LA OTRA TARDE VI LLOVER, VI GENTE CORRER Y NO ESTABAS TÚ

 


No estabas caminando por las calles mojadas. Eché de menos tus ojos rasgados, tu sonrisa y tu manera de andar. Me pareció verte a lo lejos de esa calle que tanto recorrimos juntos, pero no eras tú. Sonreí con cierto aire de nostalgia, no estabas, ni tú ni tu sonrisa iluminadora. Madrid estaba triste o yo lo sentía así, tal vez el triste era yo, no lo sé solo sé que la otra tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú. No si me extrañas, si me engañas o te has olvidado de mí. No lo sé y es una duda que se me aloja en el corazón, me consume la duda. La otra tarde vi que un ave enamorada daba besos a su amor ilusionada, como nos dimos tú y yo aquellas tardes de verano cuando me mirabas como solo tu sabes mirar. Yo me derretía de puro amor pero la realidad es que una tarde vi llover vi gente correr y no estabas tú.

Volví, mi ciudad dejé atrás Madrid, pensando en ti y que esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú. Brillabas en mi corazón como un lucero azul. Miré por el cristal del tren mientras partía de la estación de Atocha, pero no estabas tú.

El otoño llegó, fue testigo mudo de la caída de las hojas de los árboles componiendo una alfombra en el suelo. Una alfombra que no hacía tanto tú y yo pisábamos enamorados, querida, recordada y amada.

La otra noche vi brillar un lucero azul, en el cielo y no estabas tú para compartir ese momento bello susurrándonos palabras preciosas al oído. Susurros de amor, un amor tranquilo y sincero.

Armando Manzanero puso letra y música al sentimiento que me embarga.

Solo sé que vi llover, vi gente correr y no estabas tú.

 

Alberto López Escuer


Comentarios

Entradas populares de este blog

QUIERO HECHOS, NO PALABRAS. SI QUIERO PALABRAS, ME LEO UN LIBRO

SARA MORTENSEN, O EL TRABAJO BIEN HECHO

JOSEAN, EL HOMBRE SERENO