Estaba
el otro día en una cafetería y en la mesa de al lado se sentó un grupo de jóvenes que comenzaron a charlar animadamente. De pronto una chica preguntó ¿Habéis
visto La Isla de las tentaciones? Empezaron a comentar el programa, yo lo
conozco pues lo conduce la periodista y escritora Sandra Barneda, pero no sabia
muy bien la mecánica del mismo. Cuando llegué a casa me puse a investigar y
encontré muchas cosas sobre este programa. La sinopsis
que leí ponía:
“Cinco parejas ponen rumbo a la República Dominicana,
donde nada más llegar serán separados. Para poner a prueba su amor, tendrán que
convivir con diez solteros dispuestos a enamorarse. La decisión es clara: ¿quieren
volver a casa con su pareja? O por el contrario, ¿con su nuevo amor o
totalmente solos?”.
Vi uno
de los episodios y una de las llamadas tentadoras le ponía un collar de flores.
al novio de una de las chicas y cuando pasaba delante de ella le dijo ¡Agárrate
que vienen curvas!, la novia que creo que se llamaba Naomi le montó un pollo a
su novio de muy padre y señor mío, y se burlaba de la tentadora diciendo lo de agárrate
que vienen curvas de una manera muy peculiar. Y cada vez se iba enfadando más y
amenazaba con dejar a su novio. Todo muy de sentir vergüenza ajena.
Seguí
indagando y la mayoría de las parejas que van no llevan mucho más de un año de
relación y me asaltó una pregunta ¿Qué necesidad
hay de jugar con fuego, si te puedes quemar?
Claro
que las parejas, algunas de ellas uno o dos de sus miembros ya han salido en
algún programa de la cadena que emite “La isla
de las tentaciones” y probablemente cuando salgan de este programa probarán
suerte en otro. Me da la sensación de que con tal de no trabajar se apuntan a
un bombardeo.
Bien es
verdad que los participantes – todos muy guapos y guapas, no se ven barriguitas
ni tabletas derretidas, una cosa que llama la atención- son un culto al cuerpo
y a la superficialidad. Las conversaciones son en algunos casos para echarse a
reír y la expresión que más se oye “he tenido una conexión
especial con tal”. Unos se escandalizan de lo que hacen las otras y las otras más
de los unos, cuando en ambos casos hacen las mismas cosas o peores.
Si estos
jóvenes han de ser los referentes de la actual generación ¡Agarrémonos
que vienen curvas!
Alberto López Escuer
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