EL 30 HACE 30

 



Dicen que el tiempo vuela, y lo hace de una manera que parece que va a la velocidad de la luz. Los años van cayendo sobre tus hombros y que lo sigan haciendo, por lo menos ese es mi deseo-.

El 30 de septiembre de 1993, el abajo firmante, cogió un tren desde la estación de Huesca rumbo a Pamplona. Un joven de 25 años con la ilusión de comenzar un nuevo trabajo.

La vida me llevó a esta preciosa ciudad donde me ha pasado de todo, he conocido el amor, el desamor, me he casado me he divorciado, he hecho grandes amigos que habitan en mi corazón y también he recibido el mejor regalo que me podía hacer la vida, mi hija Paula, que es lo más bonito que me ha pasado.

La vida me llevó a la tierra de los sanfermines, del pacharán decir, de Osasuna -me considero un rojillo más-, de Miguel IndurainUna tierra en la que me siento feliz, creo que me he ganado considerarme un navarro nacido en Huesca.

En Huesca ya no tengo a nadie -mis padres murieron hace años, de vez en cuando voy a visitarlos al cementerio con mi hija-. Por eso me siento muy arraigado a Pamplona, una ciudad que tiene un encanto especial, no muy grande, tampoco pequeña, todo queda relativamente cerca, no seré yo quien le saque defectos -eso se lo dejo a otros .

Pamplona ocupa una parte muy importante de vida, más de la mitad de mi existencia concretamente.

Como he dicho me ha tocado vivir todo tipo de momentos, pero me quedo con los buenos, esos que te llegan a lo profundo de tu corazón, esos que le añaden vida a la vida y que los recuerdas con mucho cariño, los momentos difíciles hay que mirarlos a los ojos y tratar de superarlos.

El  30 de septiembre hará 30 años que comencé a ser pamplonés, sin olvidarme de Huesca.

 

Alberto López Escuer

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