A menudo os hecho de
menos, aunque hace ya veintisiete y diecisiete años que ya no estáis entre
nosotros, el tiempo no aplaca la ausencia, hay veces que la acentúa.
Hecho de menos esas
conversaciones profundas, los consejos que he de reconocer a veces escuchaba y
otras veces no, así me iba cuando no lo hacía. Vuestras risas contagiosas, el testimonio de amor mutuo que nos disteis.
Haber sido el tardano de tres hermanos tiene la desventaja que os disfruté ya
mayores. Primero se fue papá, fue por la noche mientras dormía y tú madre me dijiste “Alberter tú has
perdido a un padre, pero yo he perdido al amor de mi vida”. Esas palabras se me
quedaron grabadas en el alma. Diez años después falleció mi madre -ya estaban juntos de nuevo-.
Os hecho de menos, cuántas
cosas hicimos juntos y cuántas nos quedaron por hacer.
Vuestra nieta me pregunta
por vosotros – a ti padre no tuvo la suerte de conocerte- guarda recuerdos de la única abuela que conoció. Recuerdos bonitos que como dice ella los tiene en su corazón -que es donde mejor se
guardan-.
Os hecho de menos. No teneos cerca para poder hablar con vosotros de mil temas, no es
posible pero queda que fue mucho lo vivido a vuestro lado.
Vi cómo os ibais apagando, cómo la vida se os iba
poco a poco con sufrimiento, que soportasteis con entereza aunque en ocasiones
tratabais de disimularlo pero resultaba imposible.
Ahora los dos compartís paraíso -no concibo que estéis en otro lado- durante vuestra vida siempre tratasteis de hacer el bien
a los demás.
Te echo de menos padre, te
echo de menos madre. Fuisteis unos padres ejemplares, lástima que os fuisteis demasiado pronto para mí. Me dolió mucho vuestra partida, pero mi amor hacia vosotros es infinito. Os echo
mucho de menos, quería que lo supierais, aunque
soy consciente que lo sabéis.
Alberto López Escuer
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