Fue en Madrid. Salía de dar charla y tú me esperabas con un vestido azul, ese que te hace más bella
si cabe, y tu eterna sonrisa, siempre me ha gustado tu sonrisa te lo he dicho más
de una vez .Habíamos quedado a cenar, teníamos mucho que
hablar, ponernos al día, hacía tiempo que no nos veíamos aunque hablábamos de
vez en cuando por teléfono . Me dijiste, he reservado en un restaurante "cuco
y discretito", que te habían recomendado, me reí mucho con la expresión.
Tú eres así dulce y sutil en las formas.El lugar donde cenamos era precioso,
nos habían reservado una mesa al lado de un ventanal que se veía un paisaje
urbano que transmitía serenidad.Hablamos de muchos temas, pero el que más
tiempo nos ocupó fue tu hija, te brillaban los ojos de una forma especial se te
veía muy feliz, Beatriz, habías luchado mucho por ser madre, el camino había
sido difícil, pero Aitana había venido al mundo era una preciosa niña de ojos
marrones . Se te veía muy feliz, llena de energía, tu mirada era radiante, desbordada
de alegría, estabas preciosa siempre lo habias sido pero esta noche de una
manera especial, tu sonrisa aportaba luz al momento tan bonito que estábamos
viviendo .Me contaste muchos proyectos que tenías, yo te hablé de los míos, te
gustaron. En ese restaurante cuco y discretito dimos rienda suelta a nuestra
amistad, que se había afianzado en los cimientos del tiempo, de las palabras y
de la escucha, de paseos por el Retiro y de tardes de teatro. Hubo risas, momentos
de nostalgia, de experiencias conjuntas, de lugares comunes, de cómo nos
conocimos …Una noche muy especial de recuerdos que nos calaron como la fina
lluvia, una noche de mucho cariño donde brilló especialmente tu delicada
belleza, Beatriz.
Alberto López Escuer
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