¿POR QUÉ SIEMPRE GANAN LOS MALOS?

 



Esta es una pregunta que me llevo haciendo desde hace tiempo. Parece que los sinvergüenzas, abusones, traidores y malas personas se salen con la suya caiga quien caiga. En este caso no me refiero al prójimo lejano sino a personas con las que nos cruzamos día a día o tratamos en diferentes planos de nuestra vida.

Lo he visto a mi alrededor y también lo he sufrido en mis propias carnes. La sensación es de una total impotencia, además de que se te queda cara de tonto. Tú vas con buenas intenciones, fiándote del personal y al menor descuido te clavan un cuchillo por la espalda -en sentido metafórico se entiende-.

No les importa robar al que menos tiene, ellos no tienen conciencia ni el más mínimo escrúpulo.

Presumen de ser personas justas -dime de qué presumes y te diré de lo que careces-, pero la justicia es la que ellos dictan a su antojo pasando por encima de la verdadera justicia.

Hay sinvergüenzas que esgrimen todo tipo de excusas para pasar por encima de quien haga falta.

No hace mucho un amigo me dijo que a su cuñado, uno de estos chupópteros le quitó lo que por ley era suyo, escudándose en una enfermedad que tiene, pero dicha enfermedad no le impide hacer el mal, para eso está muy sano. El problema del cuñado de mi amigo es que él fue con toda la mejor intención del mundo fiándose del personaje y le salió rana o más bien sapo. Muchos son los casos que conozco de malas personas, algunas son de manual, se salen con la suya.

En ese caso se utiliza la socorrida frase "a cada uno la vida lo pone en su sitio", pero pasan los años y ves cómo el sinvergüenza sigue haciendo de las suyas y sigue saliendo victorioso de cada una de las injusticias que hace sin que la vida lo ponga en ningún momento en su sitio.

Por eso llevo años haciéndome esta pregunta ¿Por qué siempre ganan los malos? Igual estoy equivocado, puede ser, no digo que no, pero esa sensación es la que tengo. Hablándolo con otras personas también opinan lo mismo, que este tipo de personajillos -no llegan ni siquiera a ser personajes-, siempre consiguen su propósito.

Pero si me dan a elegir, prefiero pasar por la vida haciendo el bien que conseguir esas paupérrimas "victorias" a costa del prójimo  que definen a este tipo de personas como unos miserables.

 

Alberto López Escuer

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