FUE UN DÍA MUY TRISTE… Y “HASTA AHÍ PUEDO LEER”

 


Hay personas que pasan a formar parte de tu vida y tal vez no las hayas visto nunca y cuando mueren parece que algo tuyo se muere.

Ese es el caso de Mayra Gómez Kemp, la mítica presentadora del no menos mítico concurso 1,2,3. Responda otra vez” y su calabaza Ruperta como una de sus principales protagonistas.

Mayra, o, como decía Bigote Arrocet, “Mayru cha cha cha”, era la conductora de este programa que reunía a toda la familia delante de la televisión, en los años que sólo había dos cadenas, la Primera y la Segunda de TVE, las cadenas privadas tardarán en llegar.

Un concurso divertido, lleno de buenos momentos, de personajes muy recordados, como las tacañonas, o esas pruebas desternillantes para conseguir llegar a la subasta donde te podías llevar, un apartamento en Torrevieja Alicante o, si la diosa fortuna no te era favorable, la Ruperta, o premios como un lote de bolsas de agua caliente, o un centenar de armónicas, premios nada agradables.

También había frases que se decían en el concurso que todavía hoy se siguen utilizando. Un ejemplo es la famosa "Y hasta ahí puedo leer…", que decía cuando leía la tarjeta donde se escondía uno de los premios. Leía el inicio de la tarjetita”, dando alguna pista de lo que podía ser, aunque muchas veces confundía más que aclaraba.

Mayra era amable, simpática, con mucha experiencia y se hacía querer. Presentó este programa que se convirtió en un fenómeno social de 1982 a 1988.

Después siguió trabajando, pero siempre era Mayra del 1,2,3. Su vida no fue un camino de rosas. Demostró ser una luchadora, superó dos procesos de cáncer, pero una fatídica caída acabó con su vida.

Pero nunca perdía la sonrisa, sólo cuando su marido Alberto, con el que estuvo casada cuarenta y siete años, murió. No superó su muerte y como le oí en una entrevista no quería superarla, pues era el amor de su vida. Lo decía sin paños calientes, lo tenía muy claro.

La noticia convulsionó a muchas personas de la generación que pudimos ver a Mayra en  1,2,3. Se le quería, era una mujer muy positiva, como dicen ahora los más jóvenes, transmitíabuen rollo”.

El día que nos enteramos de la muerte de Mayra fue un día muy triste y… “hasta ahí puedo leer”.

 

Alberto López Escuer

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