Y ROMPÍ A LLORAR
Estaba viendo la entrega de los premios Princesa de Asturias, cuando uno de los galardonados, Joan Manuel Serrat, para agradecer el galardón, cantó “Aquellas pequeñas cosas”. Tenía que ser esa canción, precisamente esa. Desde que comenzó a cantarla sentí un pellizco en el corazón. Esa canción me llega siempre al fondo del alma, pues tengo una preciosa historia de amor con ella, concretamente una historia de amor materno filial. En los últimos días de la vida de mi madre, estando postrada en una cama del hospital, se acercaba el final, ella lo sabía, cada fin de semana me trasladaba de Pamplona para estar con ella.
A ella le gustaban las canciones de Serrat y a mí también. Cuando estábamos solos me pedía que le cantara esa canción, lo hacia con un nudo en la garganta pero lo hacía e incluso ella se unía. Cantaba muy bien, era un momento precioso donde los males quedaban apartados, las dolencias no parecían existir. Eran momentos de pura vida, ella sonreía y yo también de verla feliz. Cada fin de semana se repetía ese momento, hasta que se fue, qué vacío me sentí.
Por opción “Aquellas pequeñas cosas” dejé de escucharla pues cuando lo hacía no podía reprimir el llanto, me dolía su ausencia. Poco a poco pude escucharla, pero no cantarla, de hecho no lo he vuelto hacer.
Por eso cuando se la escuché a Serrat en el Teatro “Compoamor”, hacía tiempo que no lo hacía, las emociones volvieron a surgir, me volví a trasladar con la mente, a la habitación 101 del Hospital Provincial de Huesca, donde una madre y un hijo cantaban esa preciosa canción, de nuestro primo el Nano, ese poeta que ha unido a diferentes generaciones, claro ejemplo hemos sido mi madre y yo.
Estaba solo, fue inevitable, rompí a llorar, como dice la letra de la canción, “Aquellas pequeñas cosas”.
Que
el viento arrastra allá
o aquí
Que
te sonríen
tristes y
Nos
hacen que
Lloremos
cuando nadie nos ve
Rompí a llorar, no canté la canción como antaño, ya he dicho que no lo he vuelto hacer, pero he de decir que me llevó a un momento de mi vida muy triste por su desenlace. Eran tiempos donde me sentía muy unido a mi madre, por eso la canción de Serrat me llega tan al fondo de mi ser. Gracias Nano por esta canción y por tantas otras que han sido la banda sonora en la vida de tantas personas.
Alberto López Escuer
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