¡QUE VIENE TRUMP! VINO Y SE QUEDÓ

 



 

Pues ya está Donald Trump instalado en la Casa Blanca. Un hombre con un discurso extremo, que en la campaña electoral no ha escatimado insultos a su rival Kamala Harris, que ha amenazado a todos los países que no piensan como él. Todo el que discrepa de sus ideas o de hacer política lo pone en su lista negra, que debe ser muy extensa.

Jhon Biden le ha dado una lección de saber estar, se ha quedado en su toma de posesión, cosa que hace cuatro años el actual presidente no hizo, pues está claro que no sabe perder. Nos espera cuatro años de trumpismo, un tipo de política ultra, que por desgracia se ha normalizado, no sólo en Estados Unidos, eso es lo realmente peligroso, que se normalicen según qué mensajes.

Para muestra un botón. El primer decreto que ha firmado el recién llegado Presidente de los Estados Unidos ha sido el de amnistiar a los que hicieron el asalto al Capitolio de los Estados Unidos el 6 de enero del 2021. En total cerca de mil quinientos, casi nada, justifica cuando menos un intento de golpe de estado, les ha convertido en héroes, cuando son otra cosa.

También inquieta que uno de sus colaboradores más estrechos, Elon Musk, el dueño entre otras cosas de la red social X haciendo un saludo que recuerda al que utilizaban los nazis.

Me da que no corren buenos tiempos para la democracia. Donald Trump se ha rodeado de extremistas que dan más miedo que otra cosa.

Trump se ha aliado con los mandatarios más ultras del mundo que le rinden pleitesía y él tan contento, como no podía ser de otro modo. Da la sensación, vista su toma de posesión, que se siente más emperador que presidente.

No nos engañemos, Donald Trump no estará con los pobres, todo lo contrario, está con los ricos, con los multimillonarios, sólo hay que ver los personajes que le rodeaban cuando el 20 de enero juró su cargo como Presidente de los Estados Unidos. Malos tiempos para la libertad. Dicen que la estatua que está en Nueva York ha salido corriendo desesperada por lo que se le viene encima, y no es para menos. Los migrantes tienen un futuro incierto.

La relación con sus vecinos ya ha empezado con tensión, bueno todo lo que rodea a Trump es tensión y polémica, él se mueve bien en esas aguas.  

Se siente el dueño del mundo.


Señor Presidente, que Dios le dé la sabiduría para dejar de lado la política y los insultos... y, en cambio, apoyar a la gente común que trabaja para unir a Estados Unidos. Construyamos mesas más largas...”.

Me uno a estas palabras del chef José Andrés, al cual Trump no puede ni ver. Aunque se me antoja que va a ser difícil, por no decir imposible.

 

Alberto López Escuer

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