SÍ, QUIERO. BODA EN EL CENTRO PENITENCIARIO DE PAMPLONA

 




Fue una tarde muy especial la del 28 de junio del 2025 en el Centro Penitenciario Pamplona I. Carlos y Marta -nombres ficticios - se casaban. Se conocían desde pequeños, la vida le había llevado a ambos a la cárcel. Después de seis años de noviazgo decidieron dar el paso y casarse.

Estaban felices y lo transmitían, me pareció un bello testimonio de amor. Mientras el mundo está en una guerra permanente, Carlos y Marta apostaron por el amor.

En un lugar como la cárcel también puede surgir el amor verdadero, como lo han demostrado Carlos y Marta. Como testigos estuvimos una veintena de voluntarios de la Pastoral Penitenciaria, era la primera boda que se celebraba en el Centro Penitenciario en los trece años de existencia. Me tocó hacer las fotos del acontecimiento, puedo decir que fui testigo de las miradas enamoradas de los contrayentes antes de entrar en la capilla: “Qué bonita estás”, le decía él a ella y ella le respondía: “Te quiero, cariño”, son momentos donde te das cuenta que sobras y los dejé solos.

Presidió la celebración el capellán de la cárcel, Javier Arbilla y como padrinos dos voluntarios de la Pastoral Penitenciaria.

Fue una ceremonia muy emocionante, donde se respiraba amor, mucho amor, un amor que no empalagaba, era un amor que ha vencido dificultades de todo tipo.

Pero allí estaban Carlos y Marta delante del altar para darse el “Sí, quiero”. Convencidos del paso que iban a dar, querían hacerlo, se les notaba. Sus miradas eran puro amor el uno hacia el otro, esas miradas que es difícil describir con palabras, pues entran en la dimensión del sentimiento y estos son difíciles de describir, o al menos a mí me cuesta hacerlo. A él se le notaba muy nervioso, ella más contenida sabía disimular los nervios, aunque a veces no lo conseguía, cosa normal por otra parte. Era un día importante en sus vidas lo habían preparado con mimo y había llegado el momento.

La ceremonia avanzaba, algunas lágrimas se deslizaban por las mejillas de los presentes.

Una boda muy especial vivida profundamente, deseada por ambos contrayentes.

El momento de las alianzas o el “sí, quiero” son instantes de los que no te olvidas, se te quedan en el corazón y te esponjan el alma.

Historias como las de Carlos y Marta te reconcilian con la vida y te confirman que es bella, pese a muchos momentos difíciles que te brinda. La vida es bella por momentos como los vividos el 28 de junio en el Centro Penitenciario de Pamplona.

Carlos y Marta se dieron el “Sí, quiero” ¡Enhorabuena, no camináis solos!


Alberto López Escuer

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