ESTRELLA CHECA: “ME INTERESA INVENTAR UNIVERSOS Y PERSONAJES PROPIOS”





Entrevistar a Estrella Checa, es transitar por las raices del arte en su estado mas puro, esta creadora aporta su grano de arena a que el mundo sea un poco mejor por medio de sus creaciones. Una entrevista muy divertida a una gran artista, que lleva la creatividad en su sangre



1. ¿Qué sería la vida sin las artes escénicas?

Sería como un cielo sin estrellas o un planeta sin música: algo que existe, pero sin alma. Las artes escénicas ocurren en vivo, y ahí está su magia: compartes energía con quien interpreta; hay una comunicación sutil entre escenario y público que te atraviesa y te cambia. Admiro muchísimo a los actores: ese trabajo de desdoblarse, mirar sus sombras, vaciar el ego y encarnar personajes es de una valentía enorme. Yo no me considero una artista escénica al uso. Lo mío no cabe del todo en esa definición. No interpreto papeles que otros escriben: creo mis propios universos —cabaret consciente y rituales psicomágicos—, mitad espectáculo y mitad experiencia transformadora. En escena, especialmente en improvisación, conecto con la no-mente: lo que sale es puro y sin filtros. Mi formación ha sido clave: Clown con Néstor Muzo (enfoque Gestalt), actuación gestáltica con Gabo Figueras y cabaret con Joaco Martín, que trabaja de maravilla para sacar la autenticidad y el juego. En ese proceso aparecieron mis partes internas, mi “elenco interior”; de ahí nació La D.I.V.A. y su Corte y mi propuesta de cabaret consciente, para que otras personas reconozcan sus personajes limitantes y vuelvan a su esencia más auténtica. Por todo eso, una vida sin arte en escena no solo perdería la chispa que la enciende: nos privaría de una vía directa para transformarnos.

2. ¿Cuándo tuviste claro que querías ser actriz?

La verdad: nunca lo tuve claro en el sentido tradicional. Hubo una época en la que sí quise ser actriz porque sentía que dentro de mí vivían muchos personajes y pensé: “si soy actriz, podré habitar muchas vidas en una sola”. Empecé teatro por recomendación de una psicóloga, para soltar la timidez y ajustar mi lenguaje no verbal. Estuve dos años en un grupo amateur (tendría unos 38), no me lo tomé muy en serio y lo dejé. Unos 12 años después, ya con 50, en un evento una directora de cabaret me invitó a una propuesta temática y dije sí sin pensarlo; me salió del alma. Ahí empezó el camino que recorro ahora: estudié cabaret con Joaco Martín y clown con Néstor Muzo. En escena descubrí la improvisación y la verdad sin filtros. Más tarde hice un curso de actuación para cine y entendí algo importante: no quiero ser una actriz “al uso”. Soy, ante todo, creadora. Me interesa inventar universos y personajes propios, no diluir mi personalidad para encajar en papeles que no me representan. (Ahora, si me llama Almodóvar con un papel escrito para mí, yo encantadísima. Pedro, si lees esto: descúbreme). En resumen: no decidí ser actriz y tampoco me considero actriz. Creé mi propia galaxia y, dentro de ella, el cabaret es mi lenguaje. Me veo más creadora y directora que intérprete “neutral”.

3. Artista poliédrica, cabaretera, diseñadora de vestuario, estilista, clown, funambulista de la vida… ¿El arte no tiene secretos para ti?

Claro que tiene secretos, y por suerte nunca se acaban. El arte es como un amante que siempre guarda un misterio para mantenerte despierta. Yo he ido juntando llaves de distintos lugares y las tejo para abrir el mismo portal: del cabaret con Joaco Martín aprendí el juego, la provocación y la verdad sin filtros desde la no-mente; del clown con Néstor Muzo (enfoque Gestalt), la ternura, la vulnerabilidad y la escucha del cuerpo; con Gabo Figueras integré presencia y honestidad emocional en la actuación; en vestuario y estilismo descubrí la identidad simbólica —lo que llevas cuenta quién eres—; y con la psicomagia y la dirección convierto la escena en rito para transformar. También me defino como funambulista de la vida: caminar sin red, equilibrando miedo y deseo mientras invento mi propio camino. Fuera del escenario he creado bisutería artística y collage. No se trata de “saberlo todo”; se trata de alquimizarlo: unir esas llaves para crear algo que no existía. De ahí nace mi Galaxia Rosa.

4. ¿Qué es ser funambulista de la vida?

Es vivir en la cuerda floja, sin red, equilibrando pasiones, miedos y sueños. Llevo años caminando así: inventando mi trabajo, mi estilo y mi camino, sin seguir guiones ajenos. Es ser polivalente y —como digo— polivaliente: capaz de crear y sostener mundos propios incluso en pleno vértigo. Pero también te digo: me cansé del funambulismo permanente y de la precariedad. Ahora estoy levantando estructura: procesos, estrategia, automatizaciones y ofertas claras que me dan solidez y ritmo para crecer. Quiero vivir de mi arte con estabilidad y alegría y, desde esa base firme, expandir mi mensaje, ampliar mi alcance y entregar mis dones al mundo sin estar siempre al borde del abismo.

5. Tu mejor momento artístico

El primero fue mi segunda actuación de cabaret con show propio: “Circo Freak”. Lo escribí yo —con el apoyo de un director artístico para ordenar y pulir el guion— y estaba basado en mi historia. Llegué con los nervios a mil, pero en cuanto pisé el escenario me crecí: fue catártico, mágico y un antes y un después. Para mí fue un avance enorme, sobre todo teniendo en cuenta que empecé a hacer teatro por timidez y que, presentando un concierto de Aldo Linares (sí, el de Cuarto Milenio), me quedé en blanco y lo pasé fatal. Ese contraste me confirmó que estaba cruzando al otro lado. Ahí también empecé a diseñar mi vestuario escénico para el show y senté las bases estéticas de lo que quiero; ahora lo tengo pausado y pienso delegarlo para elevarlo más. El segundo gran hito fue la primera edición de “Despierta tu D.V.A.”, mi cabaret consciente. Como maestra de ceremonias, guío un taller-performance donde, con juego, improvisación y ritual, las mujeres identifican creencias y personajes limitantes, conectan con su parte más brillante y toman su poder. Ver esa transformación en vivo me confirmó que mi escena es también un espacio de verdad y cambio real.



6. ¿En qué proyectos estás trabajando?

Ahora mismo estoy consolidando mi universo de cabaret consciente y todo lo que nace de allí. El núcleo principal es una experiencia transformadora presencial solo para mujeres que se llama Despierta tu D.I.V.A. Estreno un nuevo formato el 27 de septiembre por la tarde (4 horas) y ya estoy formando grupo: plazas limitadas hasta 7 mujeres. Yo soy la maestra de ceremonias: hago un pequeño show al principio y, después, las guío mediante juegos, dinámicas y rituales de autoconocimiento. Es un espacio cuidado, muy rosa, con mi estética un poco kitsch. También hay regalitos cuyo sentido no es decorativo: son anclajes para que, en su vida cotidiana, puedan seguir trabajando lo que han descubierto dentro de sí mismas en esta experiencia transformadora.
Estoy escribiendo un libro sobre mis experiencias de 2024, un año muy transformador para mí; quiero compartirlo porque siento que puede servir a más personas. A la vez, preparo mi oráculo con un minicurso para aprender a usarlo.
También trabajo en formato uno a uno: tengo una mentoría donde abordamos autoconocimiento, poder personal y creencias limitantes con mi método La D.I.V.A. y su Corte. En ella, la persona conecta con su D.I.V.A. interior, identifica los personajes internos que la sabotean y los pone a su favor.
Además, estoy creando shows experienciales online apoyados por agentes de inteligencia artificial. El próximo es el 11 de septiembre por la tarde y se llama “La Sombra no se esconde, se corona”. En octubre llega otro para desmontar creencias limitantes (estoy afinando el nombre).
En lo escénico, además del pequeño show que incluyo dentro de Despierta tu D.I.V.A., me apetece retomar el show “Circo Freak”, porque es un proyecto muy potente y quiero seguir representándolo.
Y por último, estoy ordenando procesos, creando una estrategia de comunicación y poniendo en marcha algunas automatizaciones para sostener este proyecto con estabilidad. Me he cansado de andar siempre por la cuerda floja. Ahora estoy en una fase más madura conmigo misma, con mi arte y con mi negocio. Y estoy creando una base firme para expandir mi revolución rosa del amor propio y que así pueda llegar a cuantas más personas mejor. Porque creo que es necesario para el bienestar de la sociedad entera. Porque la humanidad no es otra cosa que la suma de las personas.

7. ¿Qué cualidad valoras de una persona? ¿Qué defecto no soportas?

Valoro la autenticidad y el sentido del humor. Me gustan las personas curiosas, con varios intereses y mentalidad de progreso. También la bondad de verdad, y que se note ganas de jugar y entusiasmo por la vida. No soporto la falsedad ni la maldad. Y, sin ser “defecto” universal, no me atraen las personas planas y monotemáticas; me cansan.

8. ¿Piensas que en nuestro país se cuida la cultura?

Sinceramente, aún no se cuida ni se valora como merece, pero tengo esperanza. Veo semillas: proyectos independientes, espacios autogestionados, redes que conectan y público con curiosidad. Creo que puede cambiar si hay financiación estable, pagos dignos, menos burocracia y más respeto a lenguajes híbridos y valientes. También creo que se vienen cambios grandes con la inteligencia artificial. Para mí no es un enemigo: hay que incluirla y usarla a nuestro favor. No compro distopías; apuesto por utopías practicables. De hecho, tengo en mente otro libro sobre utopías del futuro. Pienso que co-creamos la realidad (llámalo egregores, si quieres): si todo el día nos alimentan con miedo, acabamos produciendo mundos con miedo. Yo quiero poner peso en la otra balanza y contribuir a un mundo más bonito: que los humanos se ocupen de ser humanos —crear cultura, arte, comunidad, propósito— y que lo mecánico lo hagan las máquinas. Ahí la IA puede liberar tiempo y abrir horizontes creativos. Yo elijo esa visión.

9. ¿Qué te hace sonreír?

El color rosa, las lentejuelas y el brilli-brilli. La belleza, lo diferente, lo original; objetos originales, ingenio, creatividad, autenticidad. La complicidad, la gente divertida con sentido del humor y las conversaciones chispeantes. Y, aunque es más emoción que risa, me emociona mucho ver los atardeceres; a veces eso también me dibuja una sonrisa por dentro.

10. ¿Con qué sueñas, Estrella?

Sueño con expandir mi Galaxia Rosa: que mi revolución rosa del amor propio llegue cada vez a más mujeres. Sueño con giras de cabaret consciente y shows experienciales, presenciales y online, donde se coronen muchas D.I.V.A.s a la vez. Sueño con ver mis libros (tengo varios en mente) y mi oráculo en manos de miles de personas, con una base firme y un equipo que me permita vivir de mi arte con estabilidad. También sueño con la Escuela Rosa, un espacio propio donde mezclar escena–juego y autoconocimiento, donde las personas aprendan, se emocionen y brillen sin pedir permiso. Y además sueño con crear un espacio/museo interactivo al estilo de Dalí, inmersivo y participativo.
En otro ámbito de la vida, sueño con encontrar un compañero de camino flipante para crecer juntos a niveles estratosféricos. Y, ya en lo más terrenal, me gustaría tener un cuerpazo, mantenerme muy joven y conservar por mucho tiempo mi jovialidad —en el cuerpo y en el espíritu—; vivir muchos, muchos años, con salud increíble y ganas de comerme el mundo.



Entrevista: Alberto López Escuer

Fotografías: Xesco García


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