MEMORIAS, VIDA Y PENSAMIENTO

 





SINOPSIS

Sinopsis de MEMORIAS: VIDA Y PENSAMIENTO

Amigo lector, tienes entre las manos la confesión de un profeta de nuestro tiempo, y como tal de un hombre rompedor, libre, molesto para unos, providencial para otros, que a sus noventa y dos años de vida escribe sus memorias sin tapujos, con humildad y osadía, gracias a una prodigiosa mezcla de vida y pensamiento, que constituye todo un aldabonazo a nuestra sociedad y sobre todo a la Iglesia católica a partir de la centralidad del Evangelio. Castillo afirma: Esta Iglesia, a la que tanto debo, vive en una enorme y palpable contradicción, que consiste en que enseña (o pretende enseñar) exactamente lo contrario de lo que vive. Aquí están finalmente sus Memorias. Él afirma al presentarlas que no se trata de una autobiografía. Así es, y no podía ser de otra forma en un hombre cuya vida se entrelaza de tal manera con su pensamiento que una no puede entenderse sin el otro, ya que cabeza y corazón están en este caso en perfecta simbiosis. No se trata pues de una autobiografía, pero sí de alguna manera de un autorretrato.



RESEÑA


La sinopsis de este libro está sacada del prólogo que escribe el jesuita Pedro Miguel Lamet, compañero de José María Castillo en la orden de La Compañía de Jesús.

Un hombre que amó a la Iglesia por encima de todo, puso el Evangelio en el centro de su vida, lo estudió, lo vivió y lo divulgó. Acercó a Dios y a Jesús a los más necesitados.

Fue una voz profética que no siempre quiso ser escuchada, encontró no pocas dificultades, fue expulsado de la docencia por Juan Pablo II y rehabilitado por el Papa Francisco.

Estas memorias son un canto a la vida, una vida, la de Castillo, vivida anclada en el evangelio.

Supo ser, cosa que no es fácil, signo y portador del amor de Dios para su prójimo, dos veces entró en los Jesuitas y dos veces se marchó.

Un libro que en mi opinión es precioso. Estas memorias están escritas cuando tiene noventa y dos años, José María Castillo murió dos años después.

Una vida larga y bien aprovechada, como se puede ver en este libro, como todo profeta fue incómodo, sobre todo para algunos miembros de la jerarquía eclesial del momento, pero acató la sanción que le impuso el Papa Juan Pablo II, lo hizo con humildad. Sobre este tema, en estas Memorias, plantea interrogantes, que no dejan en buen lugar a quien lo castigó, pero es mejor leer el libro para que cada uno se forme su propia opinión.

Unas memorias muy ricas, que se sumergen en la esencia de cristianismo, José María Castillo fue un teólogo que pisó la calle, no se encerró en un despacho, todo lo que transmitió en sus estudios lo hizo vida, fue mas allá de los libros.

Conforme te vas adentrando en su lectura, conoces a un hombre de gran corazón, humilde, pero a la vez osado, prudente, pero también profético, y también sin pelos en la lengua si hay que denunciar injusticias.

José María Castillo deja un gran legado intelectual y también vital, que deberían recoger las próximas generaciones de católicos.

Unas Memorias que se leen con mucha facilidad, pues lejos de elevarse a grandes disquisiciones teológicas se escriben muy pegadas al suelo sin olvidar la trascendencia.

El amor que José María Castillo profesaba a la Iglesia le hace ser crítico con ella y ver las contradicciones que tiene, todo escrito con delicadeza, que no exime de ser crítico.

Son unas memorias que hablan de Dios, Jesús, la Iglesia escritas en clave de entrega, respeto, y amor.


Alberto López Escuer

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