RUMBO A ITACA

Pues sí, queridos lectores y lectoras, visto lo visto pongo rumbo a Itaca, una Itaca imaginaria, me he cansado de tanta polarización, bronca, tensión que vive nuestra sociedad, en un permanente si no estás conmigo estás contra mí, que sólo los que están en tus filas son los mejores, no viendo las cualidades del que está frente a ti, que seguro que también las tiene.

Del y tú más que también está muy presente, sobre todo entre nuestros políticos, malos tiempos corren para la lírica como cantaba el grupo “Golpes bajos”. También existen ese tipo de golpes en el mundo, si puedes pisar a alguien mejor que mejor, lo importante para algunos es escalar, cueste lo que cueste, lo que pasa es que si tienes que bajar te encontrarás a todos los que has pisado.

Insultar se ha puesto de moda y por lo que parece también ser mala persona, esto último no sé si es una moda o una constante, opinen ustedes del tema, parece que siempre triunfan los que sus valores están a ras del suelo.

Los vagos también tienen su sitio destacado, hay algún político que sólo ha vivido de los chiringuitos que le han montado ex-profeso para que viva a cuerpo de rey – el emérito es otro que tal baila, pero este es otro tema que dice que es el único jubilado sin asignación, pobrecito mío, que vive con lo puesto menos un botón como dice Joaquín Sabina en una de sus canciones - y se permite el lujo de dar lecciones de trabajo cuando ha sido un vago toda su vida, vivir para ver. Algún que otro expresidente de nuestro país que se jubiló a los cincuenta y pocos pide que se alargue la jubilación hasta lo setenta pero no la suya, está claro que la de los demás, hace falta tener la cara más dura que el cemento armado.

Premios literarios ganados por enchufe también existen todos lo sabemos y nos quieren hacer creer que fue por méritos propios, vivir para ver, o vivir para escribir y que te suelten una pasta gansa sin más mérito que trabajar en la empresa que da esas distinciones , da lo mismo la calidad de la obra y más si está dada de antemano.

Y qué decir de los seudoperiodistas que son considerados unos adalides de la verdad, cuando sólo molestan a los que no piensan como ellos abordándolos por la calle y los acosan, eso sí a los que les pagan ni una crítica, a esos alfombra roja aunque no hayan estado a la altura de las circunstancias, por ejemplo no estar en su sitio en una catástrofe meteorológica en lugar de estar comiendo en un restaurante sin moverse mientras su pueblo se ahogaba, a esos jabón y peloteo.

Por lo citado más arriba me pongo rumbo a Itaca a mi Itaca personal donde tengo una surtida biblioteca y la soledad me acompañara siempre que quiera y las visitas serán las que yo quiera, ajeno a toda esta escuadrilla de chupatintas, tuerce botas, vagos y malas personas.

Alberto López Escuer