LAS BARBAS DEL PROFETA

 


 


Eduardo Mendoza ha sido un niño de la posguerra española y en el colegio estudió una asignatura que se llamaba Historia Sagrada. Lo que supuso para el Mendoza se puede leer en este párrafo del libro: No exagero al afirmar que la Historia Sagrada que estudié en el colegio fue la primera fuente de verdadera literatura a la que me vi expuesto”.

Fue su primer contacto con la literatura, en una edad temprana del que ahora es uno de los grandes escritores de la literatura de nuestro país.

En este libro Eduardo Mendoza va desgranando diferentes episodios del Antiguo Testamento que le impresionaron cuando era niño. Con una prosa fácil vamos navegando por las aguas abiertas por Moisés, la fuerza de Sansón, el profeta Isaias y sus poemas. Subyace la idea de que la humanidad se entiende mejor desde sus mitos. Eduardo Mendoza se define como ateo. Pero en esta obra demuestra un conocimiento profundo de las Sagradas Escrituras  que muchos creyentes quisieran tener. Que Eduardo Mendoza considera la Biblia como obra literaria exclusivamente pero marcó profundamente al niño que fue, le introdujo en el mundo de la literatura. A lo largo y ancho de sus páginas va reflexionando el escritor sobre Adán y Eva, no falta la serpiente tentadora ni la fruta prohibida, Cain y Abel, la Torre de Babel y los episodios centrales del Nuevo Testamento. Una obra que nos muestra una perspectiva muy personal e ilustrada de la Historia Sagrada.

 

Alberto López Escuer

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