PRIMAVERA EXTREMEÑA APUNTES DEL NATURAL
Días antes del 13 de marzo del 2020, fecha en que el
gobierno español declarara el estado de alarma debido a la pandemia del
coronavirus, Julio Llamazares y unos amigos se fueron a una casa de campo en
Extremadura, concretamente en la sierra de los Lagares cerca del pueblo de
Trujillo. Lo que iba a ser una estancia de quince días, se alargó toda la primavera. Un libro que habla
del confinamiento, de la situación que se vivía en nuestro país, pero desde una perspectiva novedosa como es vivir
en el campo.
Llamazares es un escritor muy apegado a la tierra,
esa tierra que se labra, que se trabaja, una tierra que es una explosión de colores. El estilo utilizado para este libro
está a caballo entre un libro de viajes y uno autobiográfico.
Los que no pudimos vivir la primavera en el campo,
podemos acercarnos por medio de las palabras del escritor leonés. Se pueden
visualizar los colores, imaginar los olores preciosos de la primavera gracias a
las palabras de Julio Llamazares.
También están presentes, como no podía ser de otra manera, el miedo, la incertidumbre y la desesperanza que
se vivió
en ese confinamiento. La incertidumbre que se alojó en
nuestros corazones debido al COVID-19.
Un libro que es un cruce de caminos de la literatura
y la pintura. Al texto de Julio Llamazares le acompañan las acuarelas de Konrad
Laudenbacher.
Una obra visual que da gusto leerla pese a que
fueron días donde oscuros nubarrones se ciñeron sobre nuestro
país. El color primaveral impregna este libro.
Alberto López Escuer
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