Querido Pau, que seguro
que estás en los cielos, te cojo prestada esta frase de tu última canción “Eso
que tú me das”. Seguro que comprendes el porqué. Lo que supuso para ti en vida
tu hija Sara. Es lo mismo que supone mi hija Paula ¿Verdad que me comprendes? ¡Lo
sabía!
Vaya regalo que me hizo
Dios con Paulita –perdón pero para mí será siempre mi pequeña – Es lo mejor que
me ha pasado en la vida- Gracias a Paula he seguido remando contra viento y marea. Su sonrisa era y es el motor que me
impulsa a seguir adelante. Esa sonrisa que, cuando se convierte en carcajada,
contagia a todos los que están a tu alrededor.
Mujer comprometida con la
sociedad, siempre dispuesta a ayudar a los demás.
Me has ayudado a remontar
y a superarme día a día. En los momentos difíciles estabas, como digo siempre
mi querida Paula. Nos llovieron chuzos de punta, pero supimos afrontarlos
juntos y aquí estamos, tú con toda una vida por delante y ya he pasado la mitad
de la mía. Cuando te miro me siento muy orgulloso de ti. Te has convertido en
una mujer con unos valores sólidos, eres creativa- te gusta el teatro -¿A quién
te parecerás?- tú que eras una niña tímida, superaste tus miedos y ahora ya
estás acostumbrada a estar sobre un escenario. Nos has regalado bonitas
interpretaciones pero no te lo crees, cosa que me parece genial y siempre
buscas formarte en el mundo de las artes escénicas. Es el camino para conseguir
tus objetivos. Paula, eres humilde, eso te abrirá muchas puertas, el presente y
el futuro es tuyo, lo miras a los ojos sin miedos.
Paula hija mía, la vida se
pone bonita para ti y te dice que te quiere.
Alberto López Escuer
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