SHOCK 2 (LA TORMENTA Y LA GUERRA)
“La expresión “doctrina del shock” describe la táctica, sumamente brutal, de utilizar sistemáticamente la desorientación de la gente que trae consigo un shock colectivo -guerras, golpes de estado, ataques terroristas, desplomes del mercado o catástrofes naturales- para impulsar medidas radicales favorables a las grandes empresas, lo que suele denominarse “terapia de choque” (shock therapy, en inglés).”
Naomi Klein
Tras
Shock (El Cóndor y el Puma), vuelve con Shock 2 (La tormenta y la guerra). Con
la primera tuvo un gran éxito, el
listón estaba muy alto, con esta segunda parte lo ha igualado e incluso
superado.
Un texto
escrito por Juan Mayorga, Alberto Boronat, Juan Cavestany y Andrés Lima.
Un texto
que comienza en los años 80 con la revolución conservadora liderada en Europa
por Margaret Thatcher y en EEUU por Ronald Reagan, y termina con la Guerra de
Irak.
Una dramaturgia cuidadísima, lo mismo que la escenografía.
Sobre el
escenario Antonio Durán ‘Morris’, Alba Flores, Juan Vinuesa, María Morales,
Paco Ochoa, Guillermo Toledo y Natalia Hernández nos dan una lección de
interpretación de gran altura, convirtiéndose
cada uno de ellos en varios personajes.
Un
montaje de gran altura, uno de los mejores de los cuales he sido espectador.
Tuve la ocasión de poderlo ver desde el escenario, fue una experiencia única.
Eres testigo del gran esfuerzo que hacen estos actores y actrices, no solo a
nivel interpretativo – que es muy grande- sino también a nivel físico.
Todo
ello al servicio de un texto que habla claro sobre lo que fue esa época
no tan lejana y de la cual estamos pagando aun las consecuencias. Me temo que
de dichas consecuencias seguiremos siendo víctimas los de siempre.
Dos
horas y media que no se hacen ni mucho menos largas pues sobre el escenario
siempre ocurren cosas. Tres pantallas van mostrando imágenes reales de los
momentos históricos que se narran,
algunos muy presentes en la retina de los espectadores. Una obra teatral que
cuida hasta el más mínimo detalle.
Un
montaje teatral imprescindible de ver. Se consigue la excelencia tanto en la
interpretación, dirección, dramaturgia, escenografía, iluminacion y texto. En
definitiva una obra maestra.
Alberto López Escuer
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