AMAIA CARDENAL: “CADA VEZ QUE ESTOY CON UNA PERSONA DE LA CÁRCEL, TENGO LA SENSACIÓN DE ENCONTRARME CON EL MISMO CRISTO”
Tras
el seudónimo de Amaia Cardenal hay una voluntaria de la Pastoral Penitenciaria
de Pamplona, no da su verdadero nombre pues quiere hacer vida aquello “de que
no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”. Con ella hablamos de su
labor como voluntaria en el Centro de Penitenciario de Pamplona.
1. ¿Qué te llevo a decidir ser voluntaria
de la Pastoral Penitenciaria?
Una persona muy cercana a mi ha estado a punto de
entrar en prisión. Durante el tiempo que tardó en salir el juicio, estuve
buscando información acerca de las condiciones, actividades, referentes a
prisión y como la mano de Dios, siempre actúa, puso a la pastoral en mi camino.
Esta persona, no entró en prisión al final, pero sentí la necesidad de hacer
algo por esas personas que tienen que cumplir condena.
2. ¿Qué supone para ti ser voluntaria?
Supone poner en práctica el Evangelio. Jesús siempre
estaba con los mas desfavorecidos, con los marginados, con los últimos de la
sociedad en la que vivió. Hoy en día, estas personas, son marginales por el
hecho de haber estado en prisión, y son el fiel reflejo de aquellos con los que
estaba Jesús. Cada vez que estoy con una persona de la cárcel, tengo la
sensación de encontrarme con el mismo Cristo. Mateo 25. “Estuve en la cárcel y
vinisteis a verme”
3. ¿Cuál es tu labor como voluntaria?
Dentro de la Pastoral penitenciaria, nos dividimos
en grupos por actividades. En mi caso, formo parte del grupo de eucaristía,
junto con un sacerdote y otro voluntario, entramos los sábados a la tarde o los
domingos a la mañana para celebrar la eucaristía con los internos. Es un
momento de compartir con ellos el reino de Dios y acompañarlos en su fe.
4. ¿Hay mucha soledad dentro de la cárcel?
Muchísima. Es increíble como puede ser que
conviviendo con 100 personas en un espacio relativamente reducido, uno se
sienta solo, pero es así. Parece contradictorio.
Son personas que llevan una mochila cargada de
culpas, penas, errores, que al entrar en prisión, sufren el rechazo en muchas
ocasiones hasta de su propia familia, provocando un dolor que a veces que no es
fácil de gestionar. Ocurre que personas de otros países entran en prisión, por
la razón que sea y su familia que está en otro país, no sabe nada de ellos,
agraviando el problema.
5. ¿Dime tu peor momento? ¿Y el mejor?
Mi peor momento, es cuando te encuentras en la calle
con alguien que ha estado dentro de prisión, con la que has tenido una cierta
conexión y ni siquiera te mira a cara para no saludar.
Mi mejor momento, es cuando te enteras que algún
interno tiene permiso, le queda poca condena, va a salir en breve y tiene un
plan de futuro nuevo, lejos de lo que le ha llevado a la cárcel.
6. ¿Cuántos voluntarios estáis en la
Pastoral Penitenciaria?
Aproximadamente 50. De todas las edades, y
condiciones. Lo único que se pide es profesar la religión católica y estar
comprometido con el grupo. Absolutamente recomendable.
7. ¿Las visitas del Papa Francisco a las
cárceles, esta ayudando a visibilizar a los reclusos y reclusas?
Que duda cabe que el Papa es nuestro mejor embajador
para hacer visible a este colectivo, como lo hace con tantos otros, pero sigue
habiendo rechazo. Cuantas personas estarían dispuestas a tomar un café con un
expresidiario?? Contratarías en tu empresa a una persona que ha estado en la
cárcel?? Tu lo harías??
8. ¿Qué te hace perder la sonrisa?
Cuando conoces a alguien en prisión que ha tenido
una vida complicada. Conocí a una chica de 19 años: había estado en un centro
de menores desde los 11 años, había sido abusada desde los 14 años, a los 16 se
dedicaba a robar…. A los 19 años estaba en la cárcel.
que es lo que ha fallado? ¿¿¿Como es posible que haya personas que hayan pasado
por situaciones de este tipo??? ¿¿Estar en la cárcel la va a reinsertar?? Creo
que estar en la cárcel es consecuencia de que la sociedad ha fracasado con esta
chica.
9. ¿Con que sueñas Amaia?
Con hacer un mundo mejor, un mundo más cercano, más
comprensible, más humano, empezando con lo que tengo más cerca: mi familia, mis
amigos, mis compañeros de trabajo, mis vecinos, mis compañeros de Pastoral.
Allá donde vayas (trabajo, casa, amigos, iglesia,
supermercado), haz algo por alguien, aunque sea pequeño, entonces el mundo será
mejor.
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