MARINA MUÑOZ: “AFORTUNADAMENTE HAY MUCHOS DESPIERTOS QUE SIGUEN AMANDO EL ARTE”
Marina
Muñoz es una actriz que transmite mucha sensibilidad en cada una de sus
respuestas. En un principio el baile era su modo de expresión, pero luego se
decanto por la interpretación. Acaba de estrenar la obra de teatro “Magnolia”.
Marina es una mujer profunda y con las ideas muy claras.
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¿Cómo surgió tu
vocación por la interpretación?
Pues siempre hubo
necesidad de expresar, pero estaba más vinculada a lo corporal, al baile, a la
gimnasia… Había hecho cosas de teatro de pequeña y me gustaba, pero me tiraba
más el baile. Sin embargo, un día hice un cortometraje con un papelito muy
pequeño e inmediatamente después me puse a estudiar interpretación.
●
¿Recuerdas tu
primera vez en un escenario?
Sí, además de en
el colegio, fuera de ahí la primera vez fue en un escenario de la E.M.T, con la
que hoy es mi compañera de reparto en Chispis Woman, Eva Bedmar. No sé si
tendría más de 10 años, eramos cinco “equitos”, yo era la número 5, jajaja.
●
¿De qué forma
preparas los personajes que interpretas?
Primero siempre
analizando el texto, sigo una metodología muy concreta siempre sobre el papel y
cuando he agotado todo el trabajo digamos intelectual, de investigación y
análisis, trabajo de dentro a fuera. Identificando las similitudes o los puntos
fuertes del personaje que yo pueda tener para ponerlos a todo volumen. Luego el
director marca el camino, Antonio Cantos por ejemplo en Magnolia, me ha
descolocado mucho, y eso ha sido magnífico.
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¿Cuál o cuáles te
han marcado más?
Todos me han
dejado un poso, un aprendizaje, amo a todos mis personajes, les debo mucho…
Stablishment Woman, Berta, Ama, Juli… Y luego hay algunos que son especiales
por algo… como “Ella” de Premonición, obra que hice con Macarena Pombo y por
mil razones me marcó, hubo un antes y un después como actriz. Y te diría que el
personaje que estoy haciendo ahora en Magnolia, Elena, me está marcando en el
mismo sentido, y me está trayendo de vuelta cosas que añoraba sin saberlo.
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Acabas de
estrenar “Magnolia” ¿Cómo vives los días previos a un estreno?
Con unos nervios
tremendos, pero maravillosos. Es la sensación de la noria, las ganas de
contarlo, la ilusión a todo tren. Además, comparto esa ilusión con mis
compañeros, en este caso con David Villanueva, creo que si hubiera habido una
cámara oculta en el camerino antes de salir a escena, nos habrían llevado al
manicomio.
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¿Tienes alguna
rutina antes de salir al escenario?
Sí, alimentación
muy ligera, cuerpo estiradito, voz caliente, y luego un par de rituales
personales que hago siempre. Espero no seguir sumando cosas porque voy a tener
que ir cuatro horas antes al teatro.
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¿Qué te aporta el
teatro a tu vida?
Me da felicidad.
No sé cómo explicarlo, es puro amor.
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¿Piensas que en
nuestro país se cuida a la cultura?
No se cuida como
me gustaría, claro. La consideración que debería tener algo que conmueve, que
toca a todo el mundo y que todo el mundo consume de una u otra forma, no es la
que tiene. Pienso que se podría hacer mucho mejor. Ahora, es lógico si piensas
que el arte y la cultura se nutren de la sensibilidad y el sentido crítico del
ser humano, según para quién esto no es bueno... Afortunadamente hay muchos
despiertos que siguen amando el arte, cada vez más.
●
¿Qué te hace
perder la sonrisa?
La injusticia, el
autojuicio, el dolor… supongo que como a todos, pero procuro recuperarla
rápido, perder la sonrisa es algo que no me quiero permitir, es como perder la
conciencia de la suerte que tiene una por tanto.
●
¿Con que sueñas
Marina?
Sueño con seguir
rodeada de mi gente preciosa, con seguir sembrando, con tocar el arte con un
dedito, y si me permites que me ponga profundita, sueño con que todos nos demos
cuenta ya de que somos UNO.
Entrevista:
Alberto López Escuer
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