DE PROFESIÓN SUS LABORES
Con las iniciales S.L. en el DNI se indicaba la
profesión de nuestras madres o abuelas, Sus Labores. Como decía Serrat, trabajar como mulas de sol a sol, ocupándose de la casa, de los hijos, hacer la comida, de
la economía…
y de mil cosas más, eso sí sin recibir ningún sueldo a cambio.
Más bien eran poco valoradas. Todas las quejas iban a ellas, que si la comida no
me gusta, que esos pantalones no están cosidos,
cuándo me preparas el desayuno… pocas veces era reconocida su labor.
Un trabajo que muchos hombres no hubieran sabido
soportar, pero que sin embargo criticaban o exigían que fuera perfecto.
La generación o
generaciones de ese trabajo ingrato, merecería más reconocimiento, homenajes -aunque lleguen tarde, o medallas de mérito
al trabajo,- algunas de las que dan son, cuando menos, cuestionables-. Sus
jornadas eran trabajo, trabajo y más trabajo poco descanso o mas bien nada de
asueto. Se veía como normal esas jornadas maratonianas, siempre
atentas a los demás, que no faltara
de nada a su familia.
Aquello de “la mujer en casa y con la pata
quebrada”, que tanto se oía en el pasado, era una autentica aberración que se normalizó como si nada.
Eran mujeres muy fuertes, el pilar fundamental de
cada familia. Si por cualquier
circunstancia faltaban ellas se notaba su ausencia y era entonces cuando se
reconocía su labor, pero luego se olvidaban pronto de la
misma. Una generación de mujeres que puso alma, corazón y vida en Sus Labores – qué poco me gusta esta expresión-.
No sé quién fue el que acuñó aquella expresión tan desafortunada de “sexo débil”
refiriéndose a las
mujeres.
Demostraron tener una fortaleza de Valparaíso a Pekín. Mucha más que bastantes hombres.
Me emociono al recordar a muchas madres y abuelas
que he conocido –
las primeras las de mi familia- se han convertido en
mi referente. Lástima que a
muchas no se les reconociera su valía.
En cada plaza tendrían que tener un monumento, es lo mínimo que merecen.
Alberto López Escuer
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