MIRIAM IGLESIA: “EL OBJETIVO DEL TEATRO DE MODIFICAR EN ALGO, AUNQUE, SEA POQUITO, AL QUE LO PRESENCIA”
Una entrevista la de Miriam Iglesia que nos sumerge en la esencia del teatro y lo que cuesta sacar adelante una compañía y un proyecto. Miriam es una actriz que prepara al milímetro sus personajes, que tiene las ideas muy claras de su oficio, una mujer directa, honesta y trabajadora
1.- ¿De dónde de te viene la vocación por la
interpretación?
Lo cierto en que no hay antecedentes ni en mi familia ni en mi entorno, pero desde pequeña, muy pequeña, sentí inclinación hacia lo artístico. Cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, ni te imaginas quien era mi referente: “Pinito del oro”, trapecista. Me fascinaba el circo, el baile (quise estudiar ballet, pero era otro momento y no tuve apoyo familiar, todo lo contrario). Es decir, que tuve que conformarme con lo poco o lo mucho que se hacía en el colegio, eso sí, estaba en todas las funciones y me preparaba lo mío y lo de mis compañeras por si hacía falta. Durante mucho tiempo ser actriz formó parte de un sueño, tardé tiempo en dar los pasos necesarios para convertirlo en realidad.
2.- ¿Recuerdas tu primera vez sobre un escenario?
Bueno, las primeras
veces fueron funciones infantiles en el colegio.
Pero la primera vez
que me enfrenté de verdad al público, a un escenario, a un montaje fue en el
Teatro Alfil de Madrid.
La escuela donde me
formé (El Almadén) nos proporcionaba el privilegio de presentar nuestros
trabajos (muestras) de fin de curso en el Teatro Alfil, frente a más de 100
personas y con todo el peso de una función “de verdad”.
Me estrené con la
petición de mano de Chejov. Natalia Stepanovna fue el primer papel que encarné
y nunca olvidaré esa experiencia.
3.- Ahora estás con “Petra y el capitán” ¿cómo habéis
trabajado el texto?
Es un texto complejo debido a la cantidad de matices e intenciones que encierra, por lo que ha sido un trabajo muy delicado que hemos ido abordando por fases.
Una primera de lectura hasta asegurarnos de que de verdad hemos entendido bien el texto. En esta primera etapa no memorizamos nada, dejamos que vengan imágenes, observamos donde nos “golpea” el texto, investigamos los por qué y los para qué de los personajes.
Los que han visto la obra han tenido ocasión de comprobar que no hay una sola palabra trivial o vacía en toda la obra. Todo lo que se dice, y lo que se calla, lleva a algún lugar, existe un equilibrio tan frágil entre los personajes que lo que se dice y cómo se dice va inclinando la balanza de uno u otro lado durante toda la obra. Ha sido muy importante saber qué se quiere conseguir con cada palabra antes de memorizarla.
Lo siguiente es poner el texto en la voz. Nos gusta descomponer el texto, los sonidos, desarmarlo para que esté “blandito” y se pueda amoldar a muchas maneras de decirlo.
Finalmente toca pasar por el cuerpo todo el trabajo anterior, vamos convirtiendo las palabras en nuestras. se van creando y matizando los personajes, van adquiriendo su propio tono, su propia forma de hablar. Aparece la escucha real, la que se produce con todo el cuerpo, no sólo con los oídos.
4.- ¿Qué os ha llevado a llevar a los escenarios esta
obra de Mario Benedetti?
El texto quizás sea
la primera de ellas, es un texto riquísimo, es una maravilla la manera en que
está contada la historia, cómo con sólo dos personajes en escena, Mario
Benedetti nos hace partícipes de una situación global que podría enmarcarse en
casi cualquier país del mundo en una u otra época.
Es teatro necesario,
con una parte de denuncia y con otra parte de esperanza.
Ambos personajes son
el vehículo para hacer un viaje maravilloso hasta lo profundo del ser humano.
Es teatro del que nos
modifica, nos encanta escuchar al público tras la función, nadie sale igual y
con eso cumplimos nuestro objetivo y el objetivo del
teatro de modificar en algo (aunque sea poquito) al que lo presencia.
5.- ¿Cómo has preparado el personaje que interpretas?
He visto películas con temática parecida y he leído mucho sobre situaciones parecidas.
El autor no sitúa la
obra en ningún país, pero inevitablemente mi mente sí que se iba a países, y
épocas concretas, así es que me he centrado en esas zonas a la hora de
investigar y estudiar las circunstancias en las que se producían las
detenciones y torturas.
Es evidente que no he
pasado por nada ni mínimamente parecido, pero también es cierto que las
emociones son universales y pueden desatarse por motivos diferentes, por lo que
me centré en identificar muy bien la esencia de cada una de las que experimenta
Petra y traté de localizarlas en mi. Se trataba de humanizarla y no convertirla
en una heroína, sino en una mujer con creencias firmes y una capacidad enorme
de sacrificarse por el bien común.
6.- Háblanos de Taiken Teatro ¿Cómo surge?
Taiken es es el resultado de muchos años de trabajo, de alguna que otra frustración y del sueño de hacer teatro.
Taiken es una palabra
japonesa que significa vivencia, esa es la palabra clave para mí a la hora de
hacer teatro, experimentar, transitar, vivenciar.
Después de trabajar
muchos años en diferentes compañías, de estar otros tantos dando clases de
interpretación, pensé que había llegado el momento de intentar hacer algo por
mi cuenta y me lancé con el apoyo de Celia Rincón (ex alumna) que forma parte
de Taiken desde el principio.
El primer año nos
coincidió con la pandemia por lo que hasta 2021 realmente no nos hemos podido
poner a trabajar, pero bueno, un año después aquí están “Petra y el capitán” y
también “Mujeres infieles”, una comedia de Juana Escabias que generosamente nos
ha cedido su texto.
Contentos porque
ambas están teniendo muy buena acogida por parte del público.
Ya pensando en
futuros proyectos.
7.- Piensas que en nuestro país se cuida la cultura?
Pienso que la cultura
se utiliza como excusa para otras cosas en muchas ocasiones.
La realidad de nuestro
país es que muy poca gente puede vivir sólo de la cultura. A pesar de que se
habla mucho de ella y parece que se hacen inversiones, la realidad es tozuda y
en el caso concreto de los actores más de un 90% no podemos vivir sólo de
nuestro trabajo.
En este país se
fomenta más ser famoso que ser artista y así complicado.
8.- ¿Cuáles de los personajes que has interpretado te ha
marcado más?
Curiosamente el
personaje que más me ha marcado ha sido uno que finalmente no ha podido
representarse en público por problemas de derechos de autor. Es Helena en
Juicio a una zorra de Miguel del Arco. Tenemos el montaje preparado y además
afirmamos que hemos conseguido un
trabajo cercano a la
excelencia pero finalmente no nos han cedido los derechos y lo tenemos reservado
para cuando sea posible.
Hemos trabajado casi
un año en ese personaje y el viaje ha sido increíble, ojalá podamos mostrarlo
pronto.
9.- ¿Qué te hace perder la sonrisa?
Bueno, bastantes
cosas por desgracia.
La mentira, la
injusticia, la guerra, como no, el cambio climático, la deshumanización que
está sufriendo el género humano.
También hay cosas que
me hacen sonreír ¿eh?
10.- Con qué sueñas Miriam?
Sueño con una casita
en la playa en la que vivir dentro de no mucho con mi perro.
Sueño con leer todo
lo que quiero leer, con tener tiempo para hacer las cosas que quiero realmente
hacer.
Sueño con seguir
haciendo hacer teatro por el puro placer de contar historias.
Sueño con la paz, a
nivel global y a nivel individual. Deseo que todos sintamos paz, eso mejoraría
el mundo, sin duda.
Entrevista: Alberto López Escuer
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