CHARO TEBAR: “LA RISA ME PARECE COMO LA POESÍA, ALGO QUE NOS SALVA, QUE NOS LIBERA”
Charo Tebar es
una poeta cuyo poemario “Viento, que el amor deja” surge en el tiempo de pandemia,
del silencio, del tiempo detenido y de la mirada al interior de su persona. Charo
una profesora de lengua y literatura que bebe de los grandes poetas para mirar
la vida con los ojos del alma y el corazón
1. ¿De dónde proviene tu vocación
literaria?
Pues seguramente
se gesta ya en la infancia, con los cuentos y tebeos que compraba en el quiosco
de mi barrio, con las primeras lecturas juveniles que iba descubriendo y que
leía en soledad en el patio del colegio o
en mi habitación. Con los estudios superiores fui descubriendo mi pasión
por los libros, especialmente en la materia de literatura. De ahí que esto me
llevara a cursar Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona. Siempre he
escrito desde joven como una manera de conocerme a mí misma, de entender mis
sentimientos, pero la pasión por la escritura de la poesía fue más tardía. La
época del confinamiento me ayudó a tener ese espacio de soledad y silencio
necesario para encontrar esa voz poética que dio forma a mi primer poemario.
2. La poesía como el teatro está siempre en estado
de extinción, pero siempre sobrevive ¿Estás de
acuerdo con esta afirmación?
Sí. Eso es lo que
deseo y quiero pensar porque, como he dicho en alguna entrevista, ambos
considero que forman parte de la educación emocional de una persona. En todos
mis años como docente en educación secundaria como profesora de Lengua
castellana y Literatura he intentado inculcar a mi alumnado la importancia de
la poesía y ha formado parte de nuestro ritual al inicio de la clase recitar un
poema por el gusto de hacerlo, independientemente del temario. También hemos
hecho teatro dramatizado en clase. De esta manera se acercan a géneros que
difícilmente les pueden enganchar después si no se les da a conocer en el
instituto. No creo que la poesía y el teatro estén en extinción, pero
socialmente son géneros que tienen menos presencia, un círculo de lectores más
restringido. De ahí la importancia de acercarlos a los jóvenes, desde casa y
desde los centros educativos. Los jóvenes tienen los sentimientos a flor de
piel y cuando explicas a poetas como Bécquer o Machado descubren un mundo nuevo
al que no se habían acercado y no solo les sorprende y lo valoran sino que les deja una huella para su futuro. Uno de
los últimos comentarios de este curso que me ha hecho un alumno formará parte
de mis mejores recuerdos cuando deje esta profesión: “Charo es capaz de descubrir un mundo detrás de un
muro de hormigón. Podría decirse que se parece a Harry Potter, es un mundo
normal pero al cruzar una pared se descubre un mundo mágico, increíble. Pues
tú, Charo Tébar, has conseguido abrirnos ese camino y enseñarnos cada mínimo
detalle de ese mundo. Nos has hecho ver que con poesía la vida es más bonita”.
3. ¿Es difícil publicar poesía en
nuestro país?
Podría decirte
que se va publicando regularmente aunque no tanto como la narrativa o el
ensayo. Los editores y libreros te comentan que la poesía ni se lee ni se
vende. Aunque yo la considero tan necesaria como decía Gabriel Celaya “ poesía
necesaria, como el aire que respiro trece veces por minuto”. Cuando me
publicaron mi poemario la editorial Valparaíso me comentó: “ten en cuenta que
la poesía no se vende mucho”. Y es cierto. Hay que acceder a su publicación a
través de premios en los que participan muchísimos poetas, algunos ya de
renombre y es muy difícil que te premien. Interviene mucho el factor suerte y
la existencia de algunas editoriales que siguen apostando por la poesía aunque
sea de poetas no conocidos. Gracias a eso he podido publicar, porque Valparaíso
apostó por el manuscrito inédito que les envié. También te diría que no toda la
poesía que se publica es de la misma calidad literaria, como en los otros
géneros. A veces es algo mediático, producto de las redes sociales o los medios
de comunicación. Creo que hay que luchar por la poesía de calidad literaria
para continuar con el maravilloso legado que nuestros poetas clásicos han
dejado en nuestra Literatura.
4. ¿Cuál ha sido tu fuente de
inspiración para escribir el poemario “Viento, que el amor deja”?
Pues nace en los
tiempos de la pandemia porque encontré la calma, el silencio en mi casa y en
una ciudad, Barcelona, detenida por el tiempo, que parecía dormida. Allí,
conviviendo con mis hijas, pero en múltiples ocasiones sola en mi habitación,
tuve que mirar no hacia afuera sino hacia dentro, en mi interior. Y encontré la
necesidad de repasar escenas de mi vida, de mi infancia, mis orígenes, mis
padres, mis clases, mis poetas, mis hijas. Y fueron naciendo los poemas. El viento fue el símbolo
que unía todo. Es el símbolo temporal del transcurrir de la vida, el viento que
arrastra todo, la infancia, los seres queridos, el amor de una vida. Es una
fuerza destructora, un enemigo, al que paradójicamente la voz poética le pide
que cierre la puerta para que el amor no escape sin darse cuenta de que él es
el que se está llevando todo. En mi siguiente poemario aún inédito me doy
cuenta, sin embargo, de que el viento también puede ser un amigo, que no solo
destruye, también crea y te trae la memoria de las cosas.
5. ¿Quién disfrutará más con este poemario?
Quien haya
vivido, quien haya pasado por experiencias vitales a todo ser humano y quiera
ver cómo ese material de experiencias puede convertirse en poesía, buscando la
belleza hasta en el dolor. El poemario mantiene un tono intimista y nostálgico
al evocar la infancia feliz en un barrio de Barcelona, pero rígida en un
colegio de monjas durante la posguerra, el recuerdo de los padres en una
Barcelona en blanco y negro, la presencia del padre con su mundo de coplas y de
tradición oral cuando nos contaba romances e historias que se sabía de memoria
y el dolor por su ausencia al morir, el amor que mantienen unos padres que
abarca toda una vida y vino a producirse en un antiguo baile de Barcelona, la
pérdida de la infancia de las hijas que vuelan. Tu propia frustración amorosa
que llega como un huracán tras el amor de toda una vida y un día se esfuma
dolorosamente, arrastrado por ese viento que se lleva todo; el amor por la
docencia, no solo por los poetas que han marcado tu vida profesional y
personal, sino por tus alumnos y la pasión que has querido transmitirles en tus
clases con la literatura, los recuerdos de esas clases que quiero llevar
conmigo y cantar en mi poesía. Es la expresión del yo más íntimo, de un deseo
de desnudar el alma, intentando perseguir siempre la verdad poética, sea alegre
o desgarradora.
En la portada del
libro se ve un árbol desnudo, que ha ido perdiendo todas las hojas. Así creo
que debe ser la poesía, no solo una belleza y una construcción formal y
artística, sino una verdad. De este modo lo decía ya el poeta catalán Joan
Margarit cuya poesía es fuente de inspiración para mí. De ahí la libertad que
proporciona el verso libre con su belleza y ritmo. Para que la materia poética
brille y sea el reflejo de las vivencias, el amor, el desamor, la soledad, el
tiempo, las pérdidas, la esperanza.
6. ¿Quiénes han sido tus referentes
literarios?
Es una poesía
repleta de reminiscencias literarias, que van desde Lope de Vega a Bécquer, a
Machado, a Cernuda, a Lorca, pero sobre todo, a poetas mujeres: Alfonsina
Storni, Idea Vilariño, Rosalía de Castro, Sor Juana Inés de la Cruz, en un
deseo de rescatarlas en ocasiones del olvido. Son esas poetas que a mí no me
enseñaron ni en la carrera y que no aparecen todavía en los libros de texto,
aunque yo evidentemente las recito y explico.
Todos estos
referentes que desearía que los jóvenes conocieran me llevaron a crear un canal
de youtube donde explico grandes obras literarias con el ánimo también de que
les prepare para la selectividad. Allí tengo 41 vídeos y 815 suscriptores de
momento ( @charotebar6766)
https://www.youtube.com/channel/UCz86Bjl_erSJRRinQhhtmTA.
Es también una manera de difundir la cultura literaria.
7. ¿Ya tienes una nueva obra en mente?
Sí, en mente y en
escritura. Ya tengo acabados dos poemarios más. En ellos el viento sigue siendo
un hilo conductor y también la presencia cada vez más viva de las mujeres
poetas, todas aquellas que yo desconocía, que nos negaron, que la historia
relegó al silencio. La mayor parte de mi vida he leído poesía de hombres,
grandísimos poetas, sí, pero las mujeres también estaban allí, con una extensa
y valiosa producción poética. Así que ahora mayoritariamente leo y compro
poesía escrita por mujeres, para contrarrestar el tiempo. Y en ellas me inspiro
y hago mi particular homenaje como si fuera parte de su misma cadena. Ahora
falta ver dónde y en qué momento se van a publicar, porque yo ya no quiero ni
puedo parar de escribir.
8. ¿Cómo ha sido tu experiencia de firmar en la
Feria del Libro de Madrid?
Pues ha sido una experiencia maravillosa,
sorprendente y gratificante. He estado firmando libros en la caseta de
Valparaíso y pensaba que al no ser una poeta reconocida no iba a vender ningún
ejemplar. Todo lo contrario, vendimos 12 ejemplares. Pero no es solo el nivel
de ventas sino el contacto con el público que decide leerte, que va a
adentrarse en tu poesía y tal vez a emocionarse. Entonces es cuando, como decía
Joan Margarit, se produce el verdadero hecho poético. Soy consciente del
carácter elitista que muchas veces encierra la poesía y al comentarle al
público que era una caseta de poesía había gente que huía, como si no fuera
para ellos o pensaran que no la entenderían. Yo deseo crear esa interacción con
el lector, que la poesía no despierte miedo, que se produzca esa conexión
emocional entre el lector y la voz poética brindando la emoción y la
identificación con el poema. La feria de Madrid me parece un escaparate
cultural de primera magnitud donde conviven todo tipo de géneros y donde a la
poesía se le da una oportunidad. Por otra lado, he conocido a personas con mis
mismas inquietudes literarias y culturales, lo cual es absolutamente
enriquecedor. Ya estoy deseando acudir a la próxima.
9. ¿Qué te hace sonreír?
Me hacen sonreír
muchas cosas porque igual que soy de llanto fácil, también soy propensa a la
sonrisa. La risa me parece como la poesía, algo que nos salva, que nos libera.
Me hacen sonreír las preguntas y respuestas a veces sin sentido de mis alumnos
y alumnas porque hacen verdaderas antologías del disparate, me hace sonreír un
cielo de verano, el mar de la mañana, mi estantería llena de libros, la alegría
de mis hijas, unas entradas de teatro, un poema recién acabado que me mira como
si no fuera ya mío, mi perra, mi gata y por supuesto, una feria llena de
libros.
10.
¿Con qué sueñas Charo?
Sueño mucho, soy
romántica y soñadora. Leo muchas veces el poema de Rosalía de Castro que
reivindica la locura de soñar, como hacía también Quijote. Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,/ Sin ellos,
¿Cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?
O recuerdo tantas
y tantas lecciones explicando La vida es sueño porque hago aprender de
memoria la famosa estrofa: ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una
ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida
es sueño, y los sueños, sueños son.
Ahora
sueño con poder seguir escribiendo, que la poesía no me abandone, que no sea,
como comento en la introducción al poemario, unas aves de paso. Que esas aves
se instalen en mi casa y me dicten más versos. La poesía es una especie de
bendición, de magia, que crees que vas a perder en cualquier momento. Ojalá me
acompañe mucho tiempo. Y si puedo compartir esos versos con un lector ya sería
el sueño completo, aunque solo sea con uno.
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