LA GUERRA DE NUESTRO ANTEPASADOS
REPARTO
Carmelo Gómez
Miguel Hermoso
EQUIPO ARTÍSTICO Y TÉCNICO
Autor: Miguel Delibes
Adaptación teatral: Eduardo Galan
Iluminación: Juan Gómez Cornejo
Escenografía: Monica
Boromello
Dirección: Claudio Tolcachir
SINOPSIS
A lo largo de siete noches, y con una copita de anís por medio, el recluso Pacífico Pérez irá recordando su vida, guiado por las preguntas del
doctor Burgueño, médico del sanatorio penitenciario donde está internado. El padre, el abuelo, el bisabuelo de Pacífico rodearon su infancia con la obsesión de sus guerras -la civil, la de África y la carlista- y quisieron hacerle partícipe y posible emulador de glorias perdidas. Pero
Pacífico es un joven ingenuo y de exacerbada
sensibilidad, capaz de catar desnudo las colmenas y de sentir los dolores del árbol recién podado o las voces del río. Sin embargo, también
él acabará matando de forma inesperada, repentina, sin sentido.
CRÍTICA
Estamos ante una exquisita adaptación por parte de Eduardo Galán, de la
novela de Miguel Delibes del mismo título
publicada en 1975 y dirigida magistralmente por Claudio Tolcachir.
No menos exquisita es la interpretación de Carmelo Gómez en su papel de Pacífico Pérez, como también participa de esa exquisitez interpretativa Miguel
Hermoso, en su personaje del doctor Burgueño.
Un alegato contra la violencia, un enfrentamiento
entre la guerra y la ternura se dan cita en este montaje teatral. Pacífico es un personaje que desprende ternura, confía hasta el extremo en la bondad del ser humano. No
cree en la violencia por mucho que su familia le diga que es el camino y que
cada persona tiene su guerra en la que luchar, pero Pacífico termina
sucumbiendo a la violencia muy a su pesar.
Qué grandes momentos nos
regalan Carmelo Gómez y Miguel Hermoso. Escenas donde se difuminan los actores y salen en
todo su explendor los personajes. En unas interpretaciones que no dejan
indiferente al espectador, Gómez transmite mucho en el que podría ser uno de los papeles de su vida, sabiendo sacar
los matices de Pacífico y convirtiéndose en él en esa ingenuidad extrema que tiene y que en
ocasiones pone nervioso al doctor Burgueño, quien trata de ayudar a Pacífico a ver que no todo es oro lo que
reluce en las actuaciones humanas. Hermoso es un seguro de vida en cada una de
las interpretaciones que le he visto. Actor de gran trayectoria, en este caso nos deleita
con una interpretación sólida y
fundamental para el transcurso de la trama, él no ayuda a conocer profundamente
el mundo interior de Pacifico. En Miguel Hermoso se cumple eso de que menos es
más y junto a Carmelo Gómez completan unas actuaciones
dignas de ser estudiadas en los Centros de interpelación, pues se puede
aprender mucho de ellas.
Una obra dura que es un alegato contra la violencia
interpretada por dos grandes actores.
Alberto López Escuer
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