TARDE DE CRISIS Y CASTIGO

 

 

Fue el 14 de agosto, el Grupo de teatro de Voluntarios de la Pastoral Penitenciaria subió al escenario del salón de actores del Centro Penitenciario Pamplona I para representar una obra titulada “Crisis y castigo”. Una comedia desternillante donde los enredos y los gags de humor se sucedieron uno trás de otro, haciendo las delicias de los espectadores.

El mes de ensayos dio paso a una representación donde los actores y actrices dieron lo mejor de sií mismos, para meterse en sus papeles.

Un trabajo realizado bajo la canícula de los meses de julio y agosto, invirtiendo parte de su tiempo en aprenderse los papeles que le tenían que defender encima del escenario.

Horas que dedicaron con entusiasmo y dedicación. Siempre hay que poner en valor a estos voluntarios y voluntarias que, algunos sin tener experiencia teatral, afrontaron el reto como si llevaran toda la vida encima de las tablas. Han superado sus miedos, su timidez y lo han hecho por una buena causa. Hacer pasar un rato agradable a personas que no están acostumbradas a muchas alegrías.

Uno de los componentes del grupo comentó lo que ha supuesto esta experiencia, en este último montaje del grupo:

 

“Nos ha unido de una forma especial y, al final, creo que hemos conseguido una digna representación, que nos debe llenar de satisfacción, tanto a nivel personal como colectivo. Y sobre todo porque hemos conseguido llevar unos minutos de relajo a esas personas que tanto lo necesitan”.

 

En mi opinión se puede decir más alto pero no más claro. Define con precisión lo que es la esencia del grupo de teatro de Pastoral Penitenciaria y del teatro educativo. Alguna vez he escrito sobre este teatro, al que tanto le debo y que va más allá de conseguir el aplauso y el éxito. Una palabra que en ocasiones esta muy sobrevalorada pues el éxito es efímero. Como dice el entrenador de fútbol Marcelo Bielsa:

“Porque el éxito es una cosa que se consume instantáneamente, porque una vez que se logra, se desvanece y se pierde. Por lo cual, si uno deposita toda la atención al éxito, eso duraría muy poco”.

Sumar vida a la vida es uno de los objetivos de nuestro grupo de teatro y una vez más se consiguió oír y ver las risas desde bambalinas de los reclusos y reclusas viendo la obra “Crisis y castigo” era un regalo, fue un momento que quedará alojado, no sólo en nuestras retinas, sino también en nuestro corazón.

 

Alberto López Escuer