MADRUGONES DE PLATA

 



 

Recuerdo, como si fuera ayer, y ya han pasado cuarenta años, aquel verano de 1984. Se celebraban los Juegos Olímpicos de Los Angeles.

Mi madre era muy aficionada al baloncesto y nos contagió esa afición a mi padre y a mí. A ella le gustaba mucho Juan Antonio Corbalán, un base con mucha elegancia y gran visión de juego. El que suscribe tiraba más por el blaugrana Epi”, un alero, que años más tarde, fue elegido mejor jugador de Europa.

Por la diferencia horaria nos tocaba madrugar para ver a la selección española de baloncesto. Aquel equipo lo formaban: Fernando Arcega, José Manuel Beirán, Juan Antonio Corbalán, Juan Domingo de la Cruz, Andrés Jiménez, José Luis Llorente, Juan Manuel López Iturriaga, Josep María Margall, Fernando Martín, Fernando Romay, Juan Antonio San Epifanio "Epi", e Ignacio Solozábal, dirigidos por Antonio Díaz Miguel, un técnico que es toda una leyenda en nuestro deporte y que trascendió más allá del baloncesto.

Con mucho sueño al principio, cada jugada de aquel grandioso equipo nos iba espabilando y nos hizo disfrutar de un equipo con mucho talento, dirigidos por un maestro del baloncesto.

Una selección que hizo historia, una generación que puso en el mapa al baloncesto y muchos jóvenes se aficionaron a este deporte.

Mi madre, mi padre y yo disfrutábamos viendo jugar a ese equipo que parecía no tener techo.

Fue superando a todos sus rivales. Los más bisoños soñábamos con el oro, los más realistas veían un escollo insuperable, como era la selección de los EEUU con jugadores como Steve AlfordPatrick EwingVern FlemingMichael JordanJoe KleineJon KoncakChris MullinSam PerkinsAlvin RobertsonJeff TurnerLeon WoodWayman Tisdale.

Todos ellos no eran profesionales, pues a los Juegos Olímpicos no podían ir los profesionales de la NBA, eso sería a partir de Barcelona 92 y EEUU presentó una constelación de estrellas donde estaba también Michel Jordan. Evidentemente ganaron el oro, arrasando en cada partido, pero esto es otra historia.  

Un jovencísimo Michel Jordan, que años después se convertiría en el mejor jugador de la historia de la NBA, con permiso de otros jugadores que podían serlo, pero que la irrupción del líder de los Chicago Bulls lo hizo imposible y aún lo es.

La final de aquellos históricos Juegos Olímpicos fue EEUU-España y el resultado, un contundente 96-65, un marcador abultado en nuestra contra, pero que nos llevó al segundo escalón del cajón de las medallas, hecho nunca antes visto en nuestro baloncesto. Valió la pena madrugar para ver cómo los nuestros se colgaban la medalla de Plata al cuello.

Hecho que no ocurriría después hasta Pekín 2008 y Londres 2012, cuando el combinado español lo lideraba Pau Gasol.

Hoy recuerdo esos madrugones con mucha nostalgia, aquellos amaneceres color plata .

 

Alberto López Escuer

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