Alexia es una camarera que no siente ni padece, que
no se contagia del Covid-19, tampoco lo puede contagiar. La causa de todo ello
es porque es un humanoide, como lo leen, un humanoide que atiende a los
clientes en una terraza de un bar del centro de Pamplona.
La hostelería es un gremio que tiene que reinventarse cuando la
crisis azota y en los últimos años la cosa no está para muchas alegrías. Lo demuestra este paso adelante, poniendo a un
pariente de RD2D o C3PO a servir bebidas bandeja en mano -entiéndanme la expresión soy consciente que los humanoides no tienen
manos-. Una iniciativa original no exenta de creatividad, en busca de que el
negocio salga adelante después de dos meses en estado de alarma y
confinamiento.
Una iniciativa que atrae las miradas de los clientes
del bar y de los paseantes que transitamos por la Plaza del Castillo. La
llamada “sala de estar” de los pamploneses y pamplonesas como de todos los
visitan la ciudad. Esto puede formar parte de la nueva normalidad que nos
viene, mascarillas, distancia social y humanoides trabajando de camareros.El futuro, en lo que respecta a nuestra vida cotidiana visto
lo visto, va a cambiar bastante.
Alberto López Escuer
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