Fue la segunda obra escrita por Federico García Lorca, este
montaje dirigido por Javier Hernández-Simón
conserva la esencia lorquiana, que es la esencia del buen teatro, un montaje
que transmite fuerza y es un canto a la libertad.
Laia Marull se mete en la piel de esta heroína en
una interpretación de gran altura que como Mariana Pineda teje con coherencia y
claridad de ideas. Laia es una de las grandes actrices del panorama teatral de
nuestro país, su actuación se instala en el corazón
de los espectadores, Laia transmite la soledad que vive Mariana cuando es
abandonada por todos, ella es coherente con sus ideas a diferencia de los
hombres que no tuvieron empacho de huir. Alex Gadea, Aurora Herrero, Oscar
Zafra, Fernando Huesca, Sara Cifuentes, Marta Gómez, Silvana Navas y José Fernández completan un elenco sin fisuras aportando
calidad y un buen trabajo interpretativo.
La escenografía de Bengoa Vázquez te introduce
en la historia de una manera maravillosa y el vestuario de Beatriz Robledo nos
transmite los estados vitales que vive Mariana Pineda.
Un montaje excelente que nos recuerda a uno de los
grandes dramaturgos de nuestra historia y un miembro destacado de la Generación del 27.
Mariana Pineda es valentía, coherencia, amor y libertad, como tan bien
refleja este gran montaje.
Alberto López Escuer
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