Hoy tecleo desde la nostalgia. No tengo un motivo
especial para hacerlo pero ante el folio en blanco se me han amontonado los
recuerdos de mi infancia y juventud en Huesca. Ese río Isuela que era testigo
de nuestros juegos, la de abordajes que hicimos creyéndonos piratas -todavía Jack Sparrow no estaba de moda faltaban muchos años
para que lo estuviera- , alguna vez acabamos en el agua con la consiguiente
bronca de nuestros padres cuando llegábamos a casa y nos veían mojados como
pollos.
En el mismo río hacíamos festivales de la canción, emulábamos a los ídolos del momento
-Los Pecos, Pedro Marín, Ivan... y
tantos otros.
Cómo olvidar los partidos de fútbol que jugábamos en
la acera de la calle Pedro Arnal Cavero, no creo que una final del mundial de
futbol se viviera con más apasionamiento que aquellos encuentros en la cumbre.
O aquel chocolate con churros en la Granja Anita,
acompañado de mi madre y mi hermana. La moda ligt llegaría después -menos mal- disfrutaba muchísimo.
Las fiestas de San Lorenzo eran especiales, me hice de la Peña Zoiti, sus
verbenas eran geniales, allí bailé mis primeros "agarraos" muerto de
vergüenza, algún pisotón se llevaron mis parejas de baile, no era muy ducho
bailando, bueno tampoco he mejorado mucho con el tiempo.
Tampoco se me olvida mis visitas al campo del
Alcoraz a ver jugar al Huesca ¿Quien me iba a decir que con el paso del tiempo
campo y equipo serían de Primera División?
Las visitas de mis primos de Zaragoza también eran un momento especial, nos reuníamos con mis primos y pasábamos un rato muy agradable.
Seguro que se me olvidan muchas cosas.Aahora voy muy
poco por Huesca, cuando lo hago me doy cuenta que todo ha cambiado, el río
Isuela ya no está igual que cuando
yo era un niño, en la calle Pedro
Arnal Cavero ya no hay niños jugando en la calle, estarán hablando por Instagram, wassap o cualquier red social que esté de
moda. Tampoco yo soy el mismo, ahora peino canas, tengo
entradas y los años se me notan. Pero cuando recorro Huesca hay lugares que me
hablan del niño y del joven que fui, me dejo llevar un poco por la nostalgia
pero solo un poco y me veo con pantalones cortos y peinado a flequillo,
curiosamente mi hija lleva un peinado parecido.
No soy de los que pienso que los tiempos pasados son
mejores, más bien son anteriores, cada época tiene su encanto,
la nuestra lo tuvo y la de ahora no va a ser menos.
En Huesca viví momentos de pura vida que me han forjado como persona. Recuerdos que
forman parte de una época preciosa de mi vida.
Alberto López Escuer
No hay comentarios:
Publicar un comentario