Esta película
dirigida por Pablo Agüero, profundiza de una manera acertada en la caza de brujas que hubo
en nuestro país, en este
caso en el País Vasco, en el año 1609. Unas jóvenes son acusadas de ser brujas y son juzgadas por
la Santa Inquisición, acusada de brujería por el juez Pierre de Lancre, uno de los más célebres de la época. Este juez hace todo lo posible por declarar
culpables a este grupo de jóvenes que han participado en una fiesta nocturna.
Una película que gana mucho conforme se va desarrollando la trama, yendo de
menos a más, con una primera parte repetitiva y una segunda donde el film coge
una velocidad de crucero que hacen de esta película un bello alegato ante la injusticia que supuso
en esa época el tribunal de la Santa Inquisición. Revisión en clave feminista de uno de estos juicios.
Sobresalen las interpretaciones de Amaia Aberasturi, que es la joven Ana, que
le sigue el juego al juez hasta llevarlo a donde ella quiere. Alex Brendemühl está soberbio en su personaje del juez Rostegui, un hombre con muchas
aristas y oscuridad.
Pablo Agüero dijo sobre "Akelarre": "Quería dar visibilidad a aquellas mujeres que sufrieron y
fueron asesinadas en manos del machismo y del clericismo".
Realmente lo ha conseguido con una gran calidad.
"Akelarre" consiguió cinco Premios Goya, tal vez tendría que haber ganado algunos más. Es una gran película que no se conforma con transitar por caminos
trillados en este tema, dando un paso más en clave femenina y llamando a cada hecho por su
nombre.
Alberto López Escuer
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